Cebreiro, la aldea donde nació el Camino de Santiago
Recibe cada día a cientos de peregrinos y viajeros, pero muy pocos son conscientes de su importancia
Eunate, el Templo de las Estrellas

Ubicada a mil trecientos treinta metros de altura, escondida entre las cumbres montañosas de los Ancares, al sur de la provincia de Lugo, se encuentra el primer pueblo de Galicia en el Camino de Santiago, el que da la bienvenida a los ... peregrinos que caminan rumbo a Compostela y Finisterre, el antiguo 'Fin del Mundo'. Cientos de personas recorren sus calles y duermen cada día, miles a lo largo del año, y muchos de ellos desconocen que la aldea de Cebreiro fue escenario de un milagro que está representado en el escudo de Galicia. Y lo más importante: aquí se creó la Flecha Amarilla, símbolo universal de la ruta jacobea, y nació el moderno Camino de Santiago, el primer Itinerario Cultural de Europa declarado Patrimonio de la Humanidad.
Sus orígenes se pierden en la bruma del tiempo. Asentamiento de las tribus celtas, después eje de la calzada romana que unía la meseta con la costa, aparece referenciado en época musulmana por el viajero Idrisi, geógrafo del Califato de Córdoba, en su obra 'Descripción del Mundo' que realizó por encargo del rey Sicilia.
Pero fue a partir del siglo IX, tras el descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago y el comienzo de las peregrinaciones a Compostela, cuando comenzó a fraguarse la fascinante y singular historia. Más concretamente en el año 863, cuando -durante el reinado de Alfonso III y sobre un antiguo santuario erigido por Sisnando, obispo de Iria Falvia, hoy Padrón-, se creó una iglesia-hospital para dar refugio y cobijo a los peregrinos que ascendían a las montañas.
La popularidad del lugar creció aún más cuando el santuario fue cedido por el rey Alfonso VI en 1072 a la Orden del Cluny, dependiente de la abadía francesa de San Giraldo de Aurillac. Fue alcanzando todo su esplendor entre caminantes y viajeros, y fama milagrosa, durante los siguientes siglos gracias a las donaciones y privilegios otorgados por los Reyes Católicos en el siglo XV y, más tarde, en el siglo XVI por Carlos I y Felipe II.
El 'Santo Milagro' y el Escudo de Galicia
Así nació la aldea de Cebreiro -formada por veinte casas de piedra y pizarra, y habitada por quince vecinos-, cuya razón de ser es el Camino de Santiago y su santuario, la iglesia de Santa María la Real, en la que se venera la Virgen de Cebreiro, talla románica del siglo XII.
Cuando un peregrino accede al templo -de estilo pre-románico, edificado con sillería y sillarejo, de planta rectangular, tres naves, separadas por pilares de granito, arcos de medio punto, bóvedas de caños y medio punto, con tejado a dos aguas-, se percata de que aquí se guardan los secretos, historia y leyendas en dos capillas.
La primera está a la derecha del altar mayor, la Capilla del Santo Milagro. En ella se custodia una urna con cristal de seguridad y, rodeada por cientos velas, un cáliz -de plata sobredorada con la inscripción 'In nomine nostri Ihesu Christi et beate Marie Virgine'- así como una patena -también de plata sobredorada-, el mal llamado Santo Grial gallego.
Cuenta la tradición que en el siglo XIV, en una noche de invierno y en pleno temporal de nieve, el sacerdote de la iglesia comenzó la liturgia dudando si a su ceremonia acudiría alguno de los fieles. En plena liturgia, se presentó un vecino de la cercana aldea de Baixa Mayor. Justo en el momento de la consagración del pan y el vino, la sagrada forma se quedó pegada a la patena como señal divina para que el religioso nunca más perdiera la fe, cuenta la leyenda. Un prodigio que se extendió por la comarca y luego por todo el Camino de Santiago, del que tuvieron constancia los Reyes Católicos en su peregrinación, donando un relicario para guardar las reliquias, el mismo que hoy contemplan los peregrinos y viajeros junto al cáliz y patena, que acabaron siendo representados en el escudo de Galicia.
Elías Valiñas, el sacerdote creador de La Flecha Amarilla y el moderno Camino
Pero hay más sorpresas y secretos por desvelar en el interior de la iglesia de Santa María la Real. Esta vez en la capilla ubicada en el lado izquierdo del altar mayor, la conocida como Capilla de los Benedictinos. Y es que aquí el peregrino o viajero encontrará una tumba donde siempre hay una vela encendida, la del sacerdote e historiador Elías Valiña.
Pocos saben que fue la persona que a principios de los años ochenta logró convencer a las autoridades gallegas para que se recuperara la ruta religiosa jacobea, el Camino de Santiago. Y que, con autorización institucional, junto con su sobrino José Manuel, crearon el que es hoy símbolo del Camino de Santiago: la Flecha Amarilla. Ellos, acompañados por más familiares y vecinos, comenzaron a marcar los caminos. La primera Flecha Amarilla la pusieron en el Puerto de Ibañeta, en Roncesvalles (Navarra), y después señalizaron el camino desde Cebreiro a Compostela.



Pero Elías Valiña fue el artífice de otro milagro: la recuperación y revitalización del moderno Camino de Santiago, la ruta histórica, artística, religiosa, espiritual y mágica más importante del mundo en pleno siglo XXI recorrida cada año por miles y miles de personas venidas de todos los rincones del planeta. Sin Elías Valiña, Cebreiro hubiera estado condenado a desaparecer, como tantos otros pueblos de las montañas gallegas por la dureza climática y la extinción de modos y formas de vida, y nunca se hubiera vertebrado y recuperado el Camino de Santiago que hoy conocemos.
'Ultreia et Suseia'
Uno no puede irse de Cebreiro sin acudir a sus miradores -ubicados a ambos lados de la aldea-, que se asoman a las montañas, tanto leonesas como gallegas y que brindan paisajes que fascinan. Igual de importante es recorrer sus calles empedradas, donde se respira una atmósfera especial, así como visitar las pallozas, hoy museos etnográficos.
Las antiguas casas, de origen celta, utilizadas hasta mediados del pasado siglo XX, de planta circular, de piedra y con tejados cónicos realizados con tallos de centeno, divididas en dos plantas -la baja para el ganado, la superior como vivienda-, son el legado y huella viva de la cultura gallega.
Y un último consejo, amigo lector, sea peregrino o viajero: cuando visite esta bella aldea y su santuario -uno de los más importantes de Galicia y más antiguos de la ruta jacobea-, no dude en asistir por la tarde a la 'Misa del Peregrino'. Vivirá una experiencia religiosa, espiritual, humana y mágica única. Su párroco, Francisco Castro, más conocido como Fray Paco, imparte cada día en veinte idiomas diferente la bendición 'Ultreia et Suseia' y recuerda a todos que en Cebreiro nació la Flecha Amarilla, símbolo jacobeo universal, y se recuperó del olvido el Camino de Santiago.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete