Eunate, el Templo de las Estrellas
Es uno de los santuarios medievales más fascinantes y enigmáticos de España
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Ubicada en medio de la nada y alejada de todo, rodeada por campos de cereal en el navarro Valle de Valdizarbe, a dos kilómetros de la localidad de Muruzábal, en la merindad de Pamplona, y al pie del Camino de Santiago, ... el viajero encontrará una de las ermitas más singulares, bellas y enigmáticas de España: la de Santa María de Eunate, declarada Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural.
La historia nos cuenta que fue construida durante el reinado de Sancho el Sabio, en el siglo XII, y por orden, según la tradición, de una mujer, la reina doña Sancha, como lugar para la oración, protección de peregrinos y su descanso eterno. Estuvo primero bajo dominio de la Orden del Temple, como avala toda su arquitectura, y tras la disolución de los templarios, de la Orden de San Juan de Jerusalén o de la Orden del Santo Sepulcro.
La ermita, de cuyo maestro constructor nada se sabe, fue cementerio de peregrinos, tal y como avalan las tumbas que la rodean con símbolos jacobeos. Es de estilo románico, con influencia musulmana, orientada a los cuatro puntos cardinales. Tiene planta octogonal, rodeada por un deambulatorio exterior, también octogonal. Cuenta con un ábside pentagonal, así como un torreón-espadaña que siempre daba luz para guiar a los caminantes en la noche por lo que fue conocida como 'Linterna de Muertos.
Se trata de una ermita en la que todo es misterio, hasta su nombre. Y es que fue rebautizada en el siglo XIX por el escritor Juan Iturralde y Suit como Eunate, que significa 'Cien Puertas', alusión metafórica los noventa y nueve arcos que tenían los tres originarios deambulatorios que rodeaban la ermita, pero que desde el siglo XII fue llamada Onat, en euskera 'La Buena Puerta'.
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Este nombre tendría relación con su octogonal diseño arquitectónico con el que los canteros medievales creaban, bajo el cuadrado y el círculo, una simbólica puerta que unía el cielo y la tierra, una ventana al mundo del espíritu. Y es que sus constructores no edificaron un templo como hoy lo concebimos, para orar, sino como una máquina de espiritualidad, con mensajes cincelados en la piedra, donde se unían las fuerzas del Cosmos y de la Tierra.
El Deambulatorio de los Canteros
El viajero descubrirá dichas notas nada más acceder por su deambulatorio octogonal, el único que queda de los tres que tenía y rodeaban el santuario. Esta formado por ocho tramos, tiene treinta y tres arcos, separados por columnas simples y dobles, y capiteles con volutas, palmitos, tallos enroscados, piñas, animales fantásticos, figuras zoomórficas y dos muy especiales: el de los 'green man' (hombres verdes) y un descendimiento de un Cristo sin Cruz que muestra la simbólica muerte y resurrección.
Caminando por el empedrado deambulatorio se contemplan rostros demoníacos en los canecillos, asomándose vigilantes desde las alturas, y entre las ventanas caladas y ciegas de sus muros, más de treinta marcas de cantero, dos de ellas pertenecientes a los constructores templarios como son la 'Pata de Oca' y el 'Roque', que se encuentran también en Tomar (Portugal), la Iglesia de Londres (Reino Unido) y la Rotonda del Santo Sepulcro de Pisa (Italia).
El Pórtico de las Constelaciones
Pero es en su portada principal, ubicada al pie del Camino de Santiago, donde el viajero quedará embrujado. El pórtico se sustenta en dos columnas en cuyos capiteles hay dos rostros barbudos, los conocidos como 'bafhomets templarios'. El de la derecha está colocado durante la restauración del templo; el de la izquierda es el único original. En sus arquivoltas, concretamente en la quinta, esculpidos símbolos zodiacales y estelares.

Y es que el pórtico de Eunate es un calendario astronómico donde aparecen representados solsticios y equinoccios, así como la estrella de Sirio, Procyon, Orión, Géminis, Virgo, Perseo o el Can Mayor, entre otras. Un pórtico que tenía otro gemelo en frente, que hoy está en la cercana iglesia de Olcoz, simétricos y complementarios, que según la leyenda fue realizado en una sola noche por un cantero templario asesorado por una bruja que le dijo que utilizara un grial, agua y la luz de la luna llena, para crear un espejo mágico.
Los misterios del ábside y el secreto mapa de la cúpula
Ya en el interior, donde se respira una atmósfera y se siente una energía especial, las sorpresas continúan. Ocho columnas sostienen el templo, edificado de una sola vez, señalando cada una de ellas los ocho vórtices de energía sobre los que se levantó la ermita. Es la huella de la geometría sagrada, representación de la unión de los planos terrenal y celestial, símbolo del Renacimiento, la transformación y la resurrección.
Al fondo, el altar mayor, ubicado en el ábside pentagonal, donde se guarda y venera la Virgen de Eunate, cuya talla original, hoy desaparecida, era una Virgen Negra. Un ábside cuyos nervios configuran un juego visual secreto que esconde la letra 'Tet' hebrea, el noveno sefirá, y la 'Anksada' egipcia.
Pero aún hay más. Cuando el viajero alce la mirada a la cúpula, observará que está formada por ocho nervios que convergen de forma irregular en la clave central, rompiendo las normas arquitectónicas. ¿Por qué? Porque la bóveda es en realidad un mapa en el que los nervios, como si fuera una rosa de los vientos, indica lugares relacionados con los templarios así como antiguos lugares de poder existentes en la Península.
Gnomon para viajeros
La Ermita de Santa María de Eunate, situada en el centro geográfico de Navarra, es parada obligada para viajeros curiosos y caminantes. Era y es mucho más que una iglesia donde los peregrinos encontraban cobijo y alimento en su ruta de fe por el Camino de Santiago.
Fue creada con las sombras que proyectaba el gnomon de los maestros constructores, bordón-vara que utilizaban para delimitar orientación y trazado, y levantada en el punto donde convergen corrientes telúricas, geomagnéticas, sobre un antiguo lugar de poder desde tiempos remotos.
Eunate era y es un lugar clave de conocimientos, un mapa terrestre y un calendario astronómico, que guarda mensajes que todavía no hemos podido descifrar. Un templo cuyas piedras desvelan secretos a todos aquellos que sepan ver con otros ojos.
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