Retrato de mil familias pobres en España: el empleo y la educación ya no son suficientes para salir de la pobreza
Una radiografía de Save the Children a 1.170 hogares donde habitan 2.440 niños concluye que la mitad de esos menores tienen sobrepeso, un tercio no pueden ir al dentista, tampoco tienen extraescolares y duermen mal
España lidera la tasa de pobreza infantil de la UE, según Unicef
La Plataforma de Infancia denuncia que uno de cada cinco niños vive en situación de hacinamiento en España
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Iniciar sesiónAtravesar la mirilla de la puerta para observar con detenimiento cómo (sobre)viven más de mil familias del país. Contrastar por una rendija de la ventana si los niños que crecen en esos hogares son felices o no. Si tienen carencias, si se tapan con ... un nórdico calentito o si desayunan zumo de naranja natural. En concreto, 'espiar' en sus hábitos a 1.170 familias y 2.440 niños, de Andalucía, Comunidad Valenciana, Madrid, País Vasco, Cataluña y Castilla-La Mancha. Este es el ejercicio que ha hecho Save the Children a través de los programas que tiene para combatir la pobreza en esas seis zonas geográficas y el resultado de ese observatorio es un titular que supone el cambio de paradigma total en la forma de mirar la pobreza: el empleo y la educación ya no son suficientes para salir de la vulnerabilidad en España, y uno de cada diez de esos hogares tenían universitarios al frente.
Uno de cada cinco niños en España vive en situación de hacinamiento en su hogar: menos de 15 metros cuadrados
E. MontañésUn estudio de la Plataforma de Infancia abunda en la interrelación que existe entre vivienda y pobreza: la mitad de los pequeños viven en familias con problemas para llegar a fin de mes
Una vez más y en la semana de Nochebuena, la organización de lucha por la infancia Save the Children alerta sobre la complicada situación que afrontan los niños a los que atiende. De ese retrato que hace a las familias en 2023 destaca que, a pesar de que el 51% de los cabezas de familia tienen empleo, los padres y las madres de esos menores de edad no consiguen salir de la pobreza. En su caso, «es un esfuerzo que no obtiene recompensa», dicen los responsables de la organización.
Save the Children recoge estos y otros muchos datos en su informe 'Ser pobre en España. El retrato de 1.000 familias', que se ha presentado este miércoles 20 de diciembre, donde señala que algo más de la mitad de los padres –el 53%– y las madres –55%– tienen estudios secundarios, aunque uno de cada tres no cuenta con estudios primarios como máximo.
El 'ascensor social' está ya parado
«Tradicionalmente, la educación era la base para que los hijos de familias con pocos ingresos pudieran salir de la pobreza; nos referíamos a ella como la clave para que funcionara el llamado 'ascensor social'. Sin embargo, desde hace años comprobamos que no funciona como debería. Sin políticas públicas que apuesten decididamente por acabar con las barreras que impiden romper el círculo de la pobreza, seguiremos condenando a niños y niñas a esta situación», asegura Andrés Conde, director general de Save the Children. Recuerda Conde que es una situación que afecta no a los 2.440 niños estudiados, sino a 820.000 que se encuentran en carencia material severa, lo que significa que viven en hogares en los que el no poder y el no tener son lo normal.
Arquetipo de familia pobre en España
Según el actual estudio, el 'retrato' de una familia tipo es de una en la que, de media, hay dos menores de edad y se encuentran al cuidado de su padre y su madre, aunque cuatro de cada diez son familias monomarentales. En general, son progenitores con bajos niveles de estudio. Pese a que muchos padres –no así las madres– sí tienen trabajo remunerado, experimentan distintas formas de subempleo, como la temporalidad o el trabajo a tiempo parcial. Ello hace que casi la mitad de estos niños y niñas vivan en hogares que ingresan menos de mil euros al mes.
El impacto de la inflación en estas familias ha supuesto comer cantidad insuficiente de proteína, fruta y verdura a la semana.
Como se ha venido denunciando recientemente en informes de Unicef y de Plataforma de Infancia, el lastre para la mitad de estos niños es que no pueden comer la suficiente cantidad de proteína, fruta o verdura a la semana. Le ocurre por ejemplo a la familia de Shandy, que vive en Valencia con sus dos hijas y su sobrina y que pese a tener una jornada laboral íntegra, tiene serias dificultades para llenar la nevera (la despensa la tiene vacía por completo porque la capacidad de ahorro ya es un sueño) y llegar a fin de mes, subraya.
La mitad de los niños en esas casas más desfavorecidas tienen problemas de sobrepeso. Consumen dulces y pantallas en exceso, desayunan bollería industrial y no duermen lo que necesitan. Tampoco pueden ir al dentista (un tercio de ellos). Son niños que no pueden acceder a actividades extraescolares, lo que les pone en una situación de desventaja frente a quienes sí pueden y, además, les obliga a elegir alternativas de ocio menos saludables. Habitan en casas con una temperatura inadecuada (frío en invierno, calor en verano) y malas condiciones de salubridad (goteras, humedades).
Las barreras del IMV
El 21% de las familias preguntadas percibían, en el momento de la realización de la encuesta, el Ingreso Mínimo Vital (IMV), pero hasta el 46% aseguraban haberlo solicitado. Asimismo, una de cada tres familias que, por nivel de ingresos, podrían solicitar el IMV no lo había hecho. Este fenómeno, conocido como 'non-take up', afecta en mayor medida a las familias en pobreza extrema (45%) y extensas (54%). No obstante, ayer mismo en el Senado el nuevo ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, se comprometió a mejorar el IMV «para que cumpla -dijo- verdaderamente su función como renta mínima de garantía» y va a «extender por ley la protección a todos los tipos de familia que existen en España». Aseguró que en la actualidad 1,7 millones de familias perciben este ingreso. En cambio, el trabajo de Save the Children apunta: »Las familias en situación de pobreza extrema se encuentran con barreras específicas a la hora de enfrentarse a la solicitud del IMV: burocracia, brecha digital, idioma, dificultades con el empadronamiento o las listas de espera«.
Sobre todas ellas ha impactado el aumento del precio de los alimentos, que entre 2022 y 2023 fue de un 16,5% (INE). Este hecho ha supuesto un cambio de hábitos en las familias consultadas por Save the Children. En el 65% de ellas, todos los miembros han tenido que disminuir el consumo por ese motivo. En otro 6%, la reducción ha afectado solo a las personas adultas.
El gasto medio en alimentación de las familias participantes de los programas de Save the Children asciende a 419,20 euros mensuales. Esto supone, de media el 41% de sus ingresos invertido en lo que llamamos «esfuerzo alimentario». Por ello, las familias no pueden hacer frente a todos los costes que implica una crianza digna con sus ingresos y su situación ya que, según cálculos de la organización, el coste de crianza en España en 2022 por cada hijo o hija ya ascendía de media a 672 euros al mes.
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A las dificultades en la cesta de la compra hay que sumarles los gastos habitacionales. Las 1.170 familias consultadas gastan una media de 443,25 euros mensuales en hipoteca o alquiler –esté o no regularizado– de sus viviendas. El esfuerzo financiero medio es del 43% de sus ingresos, recoge el informe.
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