La Policía de Indonesia e Interpol geolocalizarán el móvil de Mati, la turista española desaparecida en Indonesia
La familia reclamó hace semanas este paso clave para aclarar qué ocurrió el 1 de julio
¿Dónde está Mati? El caso de la turista española desaparecida en Indonesia vuelve a la casilla de salida
Joaquín Campos
Lombok (Indonesia)
Ayer, a las siete de la mañana, sonaba en Madrid el teléfono de Ignacio Vilariño, representante de la familia y sobrino de Mati Muñoz, la española que lleva desaparecida en la isla de Lombok (Indonesia) desde el pasado 1 de julio y de ... la que hace sólo tres días se encontraron la mayoría de sus efectos personales, excepto sus tarjetas de crédito, teléfono móvil y pasaporte, en la zona de basuras del hotel Bumi Aditya, en la playa de Senggigi. Allí se alojaba por largas temporadas y el mismo día que se le perdió la pista había abonado veinte noches por adelantado mediante transferencia bancaria.
Esa llamada tan temprana levantó el ánimo del representante de la familia, ya que el Consulado de España en Yakarta le aseguró que tanto la Interpol como la policía indonesia comenzarán de forma inminente la geolocalización del teléfono móvil de Mati con la idea de dar o con ella o con los presuntos malhechores.
Debe recordarse que seis días después de que se le perdiera la pista, y desde su terminal móvil, ella supuestamente contestó —la familia, tras examinar los mensajes, cree que fue otra persona, dados los tremendos errores ortográficos que nunca cometía Mati— a Mala, empleada del hotel donde se alojaba con la que había granjeado una relación de confianza. Sus cercanos señalan que no tiene sentido alguno que durante esos seis días desde que desapareciera sólo contestara a la empleada del hotel cuando entre todos sus cercanos, preocupados por su falta de noticias, se acumulaban los mensajes y llamadas perdidas por cientos, los cuales jamás respondió.
Casi dos meses desaparecida
Para saber si esa acción fue una coartada de los presuntos criminales era necesario que la policía indonesia iniciara la geolocalización de su móvil, petición que la familia de Mati llevaba exigiendo desde hace dos semanas a las autoridades españolas en Madrid y Gerona —ciudades donde se interpusieron las dos denuncias tras su desaparición— y en Indonesia —por medio de la embajada— para que trataran de influir con la idea de que Indonesia comenzara a buscar su rastro a través de las señales de su teléfono móvil.
Lo que sí ha quedado claro es que ni el Ministerio de Asuntos Exteriores, ni la policía española ni la Embajada patria en Indonesia han estado, lo que se dice, muy rápidos a la hora de atender la desaparición de Mati, que ahora ya transcurridos cerca de dos meses, y con la clara sensación de que pudo padecer un robo, quién sabe si con violencia, parece que van a iniciar el proceso que podría ser clave para comprender qué le ha ocurrido a Mati Muñoz.
Su círculo cercano no entiende por qué aún no ha acudido a la isla ningún miembro de la embajada española en Yakarta ni del Ministerio de Asuntos Exteriores
Requerido por ABC, el segundo de abordo de la comisaría central de Lembar, Dimas Kanit, ha preferido no contestar a la pregunta dónde se le indicaba si es cierto que la Interpol y sus agentes comenzarían la geolocalización del móvil de Mati, y si lo hubiera corroborado, en qué fechas se iniciaría el proceso.
Distinto rasero
A su vez, el círculo cercano de la española desaparecida no entiende por qué aún no ha venido un sólo miembro de la embajada española en Yakarta, como tampoco ningún funcionario del Ministerio del Interior en Madrid se ha desplazado hasta la isla de Lombok a tratar de coordinar la búsqueda de la mallorquina de adopción.
De ese círculo de amigos, y sobre todo los que, como Mati, residen a menudo en el Sudeste asiático, muchos se preguntan por qué en 2020 el esfuerzo del cuerpo diplomático español en Filipinas consiguió meter en la cárcel a los policías que asesinaron al gallego Diego Bello.
Los allegados denuncian el contraste entre la falta de apoyo a Mati y la implicación diplomática mostrada en otros casos recientes en Asia
De la misma forma, también se comenta el diferente rasero con el que los cónsules han tratado el caso de Daniel Sancho, asesino confeso con una sentencia a cadena perpetua en Tailandia, y al que se le asistió de manera profusa antes y durante el juicio, en comparación con Mati Muñoz, una española de 72 años, sin antecedentes penales, que simplemente confió, según sospechan sus amigos y familiares, más de la cuenta en las personas equivocadas.
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