Roban hasta el aceite de oliva de las tumbas

La caída de la producción debido al cambio climático, junto con la subida desorbitada de su precio, ha duplicado los robos en Grecia, en olivares, almazaras e incluso en cementerios

Brókeres del aceite, las manos semiocultas que mueven los hilos del mercado

Cementerio militar de Salónica, en Grecia ABC

Marta Cañete

Corresponsal en Atenas

Una mañana como otra cualquiera, el cementerio municipal de Salónica abre sus puertas para que los ciudadanos de la segunda ciudad más poblada del país puedan dejar flores o encender lámparas de aceite sobre los sepulcros de sus seres queridos. Pero ahora, tras robos en ... los últimos meses los cementerios de Salónica, la mirara se centra en las tumbas y nichos. Los ladrones, según denunciaba hace escasos días Yorgos Avarlís, concejal de la ciudad, se llevan el aceite de oliva que los familiares dejan sobre las lápidas y nichos para recargar las pequeñas lamparitas con las que honran a sus antepasados.

El precio del aceite de oliva en Grecia está por las nubes, en los últimos meses ha pasado de 8 a 15 euros para los consumidores, y no todos los bolsillos pueden hacer frente al pago de este ingrediente fundamental de la dieta mediterránea.

La caída de la producción de aceite de oliva en España, tras dos años de grandes sequías, está provocando presión en los mercados de Italia y Grecia. Esto se une a las condiciones climáticas del los países del sur de Europa, donde se ha vivido uno de los veranos más calurosos desde que hay registros, y a la enorme disminución de la cosecha de olivas en todo el Mediterráneo.

Las consecuencias en el sector olivarero europeo se traducen en una subida desorbitada en el precio del aceite de oliva y de un aumento sin precedentes de los robos en almazaras y olivares tanto en Grecia como en Italia.

La sequía, las olas de calor, los incendios forestales y las grandes inundaciones son las causantes del descenso de la producción de aceite de oliva en Grecia. Sin embargo, el problema no se limita a las cosechas anuales de aceitunas: según los expertos de la Universidad Agrónoma de Atenas, las nuevas condiciones meteorológicas no afectan solo al fruto, sino también a los propios cultivos, amenazando los olivares de la parte más meridional del país, como los del Peloponeso y el sur de Creta.

Los versados en la materia calculan que dentro de varias décadas, los megaincendios y la desertización del sur del país, hará que no sea rentable el cultivo olivarero en esa región y que se produzca una migración masiva del sector hacia el norte de Grecia.

Jristos Panu, agricultor del sector olivarero, explica a ABC que este año ha perdido más de la mitad de la producción debido a las condiciones atmosféricas: un año extremadamente cálido, con escasas precipitaciones. Panu tiene 1.200 olivos, y en condicioens normales, obtiene cerca de 6 toneladas de olivas. Sin embargo, «este año he conseguido 2,5 toneladas. Según Panu, las lluvias del mes de septiembre son fundamentales para que los olivos se recuperen de las altas temperaturas del verano griego pero «este año se ha juntado la poca pluviosidad de primavera con un caluroso otoño, sin lluvias». Sin embargo, el agricultor no pierde la esperanza y cree que las grandes tormentas de finales de noviembre, ayudarán a que la cosecha del próximo año sea mejor.

Patrullas ciudadanas y última tecnología contra el robo de aceitunas

Tras la eliminación del cuerpo de policía rural heleno durante los años de la crisis económica y las políticas de recortes, los agricultores griegos se enfrentan solos al problema de los robos en olivares y almazaras. En las regiones como la de Mesenia, al sur del Peloponeso, o en el Ática, son muchos los agricultores que hacen guardias nocturnas en sus olivares para evitar que los delincuentes se lleven sus aceitunas.

El gran problema de los robos, no es tanto que los ladrones se lleven las aceitunas, según relata a este diario un portavoz de una cooperativa de agricultores de Mesenia, «el problema es cuando van a los campos con motosierras y maquinaria pesada y talan las ramas cargadas de olivas o el olivo entero. Venden por un lado las aceitunas a algún molino, mientras que la madera la comercializan como leña. En estos casos, los daños son irreparables porque las ramas del árbol tardarán 4 o 5 años en volver a dar la misma cantidad de aceitunas».

'Aceitunas inteligentes' españolas

En la isla de Creta, los agricultores han empezado a usar las denominadas 'aceitunas inteligentes' inventadas en España en el año 2018: unos pequeños dispositivo que simulan a una oliva en color y forma, y que permiten a los agricultores del sector localizar, a través de radiofrecuencia, sus aceitunas en caso de haber sido robadas.

El coste de cada uno de estos dispositivos ronda los 4 euros y está teniendo una gran acogida por los agricultores del sur del país, región que más aceite de oliva produce y donde más robos se han denunciado en los últimos meses. Además, en muchas almazaras se están instalando cámaras de seguridad, alarmas y contratando guardias para evitar los robos. María Daskalaki de Oleum Crete, una empresa del sur de Creta dedicada a la producción y comercialización de aceite de oliva virgen, relata a ABC que la almazara y los almacenes de la compañía están controlada por sistemas cerrados de seguridad para evitar los temidos robos.

Daskalaki nos explica que muchos de los agricultores con los que colaboran, están recogiendo las aceitunas ahora, entre finales de noviembre y principios de diciembre, un mes antes de lo previsto, para evitar tener que pasar las noches en vela cuidando de sus olivos. Sin embargo, anticipar la cosecha, según Daskalaki, tienen consecuencias económicas para el agricultor porque «al no estar madura la aceituna, necesitaremos 8 kilos de olivas en vez de 5 para obtener 1 litro de aceite».

Por otra parte, la causa de la falta de aceite en el mercado y la subida descontrolada del precio del aceite, se debe en parte, a la ambición de muchos agricultores, que prefieren reservar la cosecha en sus almacenes hasta que el precio suba, «no les es suficiente el hecho de que el año pasado ganaban cinco euros por cada litro de aceite, y este ganan ocho. Están esperando a que suba a 10 euros, o incluso más», explica Daskalakis. Otro problema que denuncian las cooperativas del sector es la adulteración del aceite para abaratar los costes lo que supone, además, un delito contra la salud pública.

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