Francisco, diez años de un pontificado fiel a la hoja de ruta que marcaron los cardenales
Los españoles que participaron en su elección rememoran los detalles 'confesables' de aquel cónclave
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Durante el cónclave, los cardenales tienen prohibido cualquier contacto con el exterior: ni teléfonos, ni cartas, ni medios de comunicación. Además, deben mantener en secreto las deliberaciones y los resultados de las votaciones. En el que eligió a Francisco –a diferencia del de ... Benedicto XVI– las medidas llegaron más lejos e incluso dejaron de usarse los altavoces para las intervenciones, y evitar que los micrófonos pudieran estar intervenidos, según nos explica Antonio Mª Rouco, el único cardenal español presente en los últimos dos cónclaves. El otro, Carlos Amigo, falleció el año pasado.
Pero ese secreto se circunscribe a la fase final, desde que se pronuncia el 'extra omnes' en la capilla Sixtina, por lo que sí es posible conocer los pasos previos y, de alguna manera, recomponer como fue la elección. En el que se eligió a Francisco, del que este lunes se cumplen diez años, además de Rouco y Amigo, participaron otros tres españoles, Antonio Cañizares, Lluís Martínez Sistach y Santos Abril, que han desvelado a ABC los detalles 'confesables' sobre aquellos días.
La conclusión, más allá de la anécdota, es que el pontificado de Francisco se ha ceñido a la hoja de ruta que los prelados diseñaron en los 'novendiales', las jornadas previas al cónclave en las que los cardenales españoles tuvieron una especial significación.
Un momento, entonces cotidiano, pero que —a la vista de cómo se desarrollaron los acontecimientos— podemos considerar clave, fue una comida, poco antes de entrar en cónclave, en la casa romana del cardenal Cañizares, por aquel entonces en la Curia vaticana, al frente de la congregación para el Culto Divino.
Además del anfitrión, en la mesa coincidieron el fallecido cardenal Amigo, Santos Abril y Jorge Mario Bergoglio. Fue el propio Cañizares quien empezó la conversación: «Vamos a pensar en qué Papa elegimos. El perfil, no la persona [la constitución apostólica que regula el cónclave prohíbe proponer candidatos]», les dijo.
«Tienes razón, comienza tú que nos han invitado», le dijo Bergoglio al cardenal español. Cañizares explica que habló de «elegir a un nuevo san Francisco, un Papa que proclame las bienaventuranzas, sobre todo de la pobreza, la paz y la misericordia». «A eso me apunto yo», le contestó Bergoglio.

«Redactamos una 'carta a los reyes' sobre el nuevo Pontífice y su ministerio en un mundo secularizado»
Cardenal Lluís Mtnez. Sitach
Arzobispo emérito de Barcelona
Los cardenales también discutieron aquella hoja de ruta en las reuniones previas al cónclave. «En esos días hablamos sobre la Iglesia y sobre el Papa, sobre el presente y el futuro y la necesidad de una reforma pastoral y personal», explica Lluís Martínez Sistach. «De alguna manera, entre todos, redactamos una 'carta a los reyes' sobre el próximo Papa, su ministerio de sucesor de Pedro al servicio de nuestro mundo secularizado, en el que muchas personas viven 'como si Dios no existiera', y sobre la prioridad de la evangelización», añade.
«El cardenal Bergoglio tomó muchos apuntes que han ayudado a su servicio en el ministerio petrino», añade el arzobispo emérito de Barcelona. Lo cierto es que el propio Papa Francisco ha desvelado aquella hoja de ruta en más de una ocasión: «Revitalizar el anuncio del evangelio, disminuir el centralismo vaticano, desterrar la pedofilia y combatir la corrupción económica», según explica en el libro entrevista 'El Pastor'.
La primera salida de Francisco nada más ser elegido Papa fue a la romana basílica de Santa María la Mayor, donde entonces era arcipreste el cardenal Santos Abril. «Me lo dijo en Santa Marta, en la cena después de ser elegido Papa, que quería ir a la basílica para poner todo su pontificado a los pies de la Virgen», explica el cardenal turolense, con responsabilidades en el cuerpo diplomático y la Curia vaticana desde hace décadas. La mañana siguiente estaba allí. «Fue un momento de verdadero gozo», recuerda Abril.

«La noche en que fue elegido me dijo que quería poner su pontificado a los pies de la Virgen»
Cardenal Santos Abril
Arcipreste emérito de Santa María
El cardenal Rouco también recuerda aquellos primeros momentos, cuando Francisco se dirigió a los fieles y les pidió que rezaran por él. «Pensé que, siendo jesuita, nos encontrábamos ante un director de ejercicios espirituales para toda la Iglesia», recuerda.
«Hay una línea en su pontificado que, aunque no sea muy destacada por los medios de comunicación, enlaza en ese sentido. Sus encíclicas, la exhortación sobre la liturgia y otros escritos insisten en que sin una base en la oración, no se concibe hablar de evangelización», explica.
Cuestiones pendientes
Sin embargo, aquella lista de temas todavía no está agotada. Los cardenales españoles coinciden en que la sinodalidad es una de las principales cuestiones puestas sobre la mesa. Martínez Sistach interpreta que Francisco seguirá con «su misma actitud de renovación y de evangelización». «Si consigue que la Iglesia sea realmente sinodal, la reforma que pretende está asegurada con la ayuda del Espíritu», señala el prelado catalán.

«A la vista de cómo la está interpretando la Iglesia en Alemania, Francisco debe aclarar la sinodalidad»
Cardenal Antonio Mª Rouco
Arzobispo emérito de Madrid
Más incisivo se muestra el cardenal Rouco, que pide a Francisco que «aclare» el propio concepto de sinodalidad. «A la vista de cómo lo ha interpretado la Iglesia en Alemania –aunque hay que reconocer que no es toda la Iglesia porque muchos sectores no están de acuerdo con las decisiones que han tomado– es una cuestión que hay que clarificar en estos momentos. Espero que el Papa la aclare», añade el arzobispo emérito de Madrid.
Por su parte, el cardenal Cañizares da un paso adelante y propone a Francisco que «la Iglesia tenga el gran signo de despojarse de bienes de su propio patrimonio para compartirlo con los pobres. Falta dar ese paso y es muy consonante con su pontificado».

«El Papa debe tener el signo de despojarse de bienes del patrimonio de la Iglesia para ayudar a los pobres»
Cardenal Antonio Cañizares
Arzobispo emérito de Valencia
Cañizares estuvo hace unos días con el Papa Francisco, después de que fuera aceptada su renuncia como arzobispo de Valencia. «Lo encontré bien, muy sonriente, muy receptivo a lo que yo le contaba de nueva etapa de emérito», nos explica.
Unos detalles que, sin embargo, no parecen que movieran al Pontífice a tomar una decisión similar. «No se plantea renunciar —señala Cañizares— sino llevar adelante su pontificado hasta que Dios quiera». Al contrario, «me pidió que contara a todo el mundo que está mejor, que se han aliviado sus dolores de rodilla», concluye el purpurado. Con 86 años y después de 10 de pontificado, Francisco parece convencido de completar aquella hoja de ruta.
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