Un bombero muerto mientras el fuego sigue descontrolado en el centro de Portugal
Los incendios arrasan más de 30.000 hectáreas mientras los municipios denuncian la falta de medios humanos y técnicos
El fuego arrasa más de una decena de viviendas en una población cercana a Guardo (Palencia)
Corresponsal en Lisboa
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Iniciar sesiónUn bombero falleció este domingo y otros cuatro resultaron heridos, uno de ellos en estado grave, en un accidente de tráfico mientras se dirigían a combatir el fuego en el municipio de Covilhã (Castelo Branco), donde las llamas siguen sin control tras ... otra noche muy complicada. Desde el ayuntamiento se ha pedido a los vecinos de diez municipios que se protejan en lugares seguros.
En una nota enviada por Protección Civil se presentaron las condolencias a la familia, amigos y la Asociación Humanitaria de los bomberos Voluntarios de Covilhá. Además, en la nota podía leerse que «nunca es tarde para subrayar el empeño, altruismo y profesionalidad con el que, diariamente, miles de bomberos en todo el país se dedican, con coraje y entrega, a la defensa de las poblaciones y de la foresta contra los incendios».
Las llamas no cesan y provocan cortes en telecomunicaciones, luz y agua en Orense
Luis García LópezYa son más de 60.000 las hectáreas afectadas, más de 59.000 solo en la provincia orensana, donde se concentran los diez focos activos de Galicia
Este lunes, la prioridad de los bomberos continúa siendo defender a las personas, los animales y las casas, pero debido a la «violencia y rapidez de las llamas, los medios son manifiestamente insuficientes», según la nota divulgada por el ayuntamiento de Covilhã.
La falta de medios humanos y técnicos es una constante en cada uno de los municipios afectados por los incendios. Este, en particular, comenzó el pasado miércoles en la histórica localidad de Piódão (Coimbra), avanzó hacia Seia (Guarda) y ahora se extiende a Covilhã (Castelo Branco), en el centro de Portugal. Es una región con vegetación abundante, carreteras estrechas, caminos sin limpiar y una orografía complicada, lo que dificulta enormemente las tareas de extinción.
En declaraciones a la radio Renascença, el alcalde de Covilhã, Vítor Pereira, expresó su profunda preocupación, afirmando que ni siquiera en los incendios de 2017 el fuego había alcanzado tales proporciones. «Es una situación desesperante, completamente inaudita, un auténtico infierno», denunció. Y volvió a reclamar «más ayuda, más medios y más coordinación». «Las llamas estaban completamente descontroladas, no había un único bombero que pudiera controlar la fuerza de ese fuego», relató.
Por ello, desde el ayuntamiento se pide a los vecinos de diez municipios que eviten circular por las carreteras y elijan «lugares seguros» para protegerse de las llamas y del humo que hace el aire prácticamente irrespirable. En la zona ya se han consumido algunas viviendas, aunque ninguna era residencia principal. Solo este fin de semana ardieron más de 30.000 hectáreas, de un total de 172.000 que se han quemado en lo que va de año, superando las cifras registradas en 2024. Los vecinos de las aldeas hacen lo posible por salvar sus casas y animales, resistiendo a un fuego que no solo devora terreno, sino también energías y esperanzas.
Comisión Nacional de Protección Civil
La situación de precariedad alcanza incluso a los equipos de emergencia. Bomberos llegados desde Lisboa para reforzar las tareas en Covilhã denunciaron que llevaban dos días combatiendo las llamas sin recibir comida y pidieron que se enviaran suministros de manera urgente. Las llamas se dirigen hacia el municipio de Fundão (Castelo Branco), conocido por sus plantaciones de cerezos. La dimensión de la catástrofe ha provocado reacciones políticas. El secretario general socialista, José Luís Carneiro, pidió al gobierno la convocatoria inmediata de la Comisión Nacional de Protección Civil para coordinar mejor la respuesta al fuego. «Tenemos que mejorar la coordinación política de este fuego al que se enfrentan muchas de nuestras comunidades locales», declaró desde las Azores.
Carneiro subrayó que en esa comisión deben participar «todos los que puedan contribuir a una coordinación eficaz, movilizando a varios ministerios para garantizar la seguridad de la población, sobre todo de aquellas comunidades que se han quedado sin condiciones de vida». En varias aldeas, los habitantes han perdido la leña que vendían, mientras que en otras localidades los vecinos se han quedado sin paja para alimentar a los animales que lograron sobrevivir a las llamas.
El primer ministro conservador, Luís Montenegro, decidió cancelar sus vacaciones en el Algarve tras las críticas recibidas por su ausencia y se reunió con el presidente Marcelo Rebelo de Sousa en la sede de la Protección Civil, en Lisboa. Sin embargo, en las últimas horas no ha hecho declaraciones públicas. Quien sí se pronunció fue el líder del partido de derecha radical Chega, André Ventura, que exigió la dimisión de la ministra del Interior, Maria Lúcia Amaral, acusándola de «ignorar lo que está pasando y dejar a los alcaldes solos, sin importarle el sufrimiento de las personas».
El gobierno portugués prolongó la situación de alerta hasta el martes debido a las condiciones meteorológicas adversas previstas para el norte y centro del país, las zonas más afectadas por el fuego. Además, los aviones Canadair cedidos por Marruecos permanecerán en Portugal hasta el miércoles, aunque deberían haber sido devueltos el viernes. Suecia también ha enviado dos aeronaves adicionales para reforzar el combate a las llamas.
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