«La sociedad canaria sabe lo que le da la tierra volcánica. La gente está desencajada, pero resignada»

Algunos, prosigue, se resistieron a primera hora a llegar al cuartel general, que ayer visitaban las autoridades canarias y nacionales, con Pedro Sánchez a la cabeza. Durante la jornada de ayer lunes, también se cerró uno de los puntos de encuentro (el de El Paso, manteniendo abierto en de Los Llanos) donde reclutan a algunos de los 5.500 vecinos de localidades distintas que tuvieron que salir casi con lo puesto de sus casas.

Losada, madrileño de 38 años, está bregado en emergencias internacionales, como en Sierra Leona, y en otras nacionales («hace dos semanas estaba en Torrejón de Ardoz trabajando con los afganos evacuados» ), y aun así, reconoce que «no pensaba nunca tener que asistir en una emergencia por un volcán en España». El dispositivo que ahora conforman unas 70-80 personas de Cruz Roja en La Palma compartirá cama y suelo con los soldados de la Unidad Militar de Emergencias (UME) porque todos se repartirán el amplio espacio instalado en Breña Baja, aunque está previsto que los militares se desplieguen también en el otro extremo de la isla. «La convivencia dentro del cuartel es estupenda, con todo planificado, y la emergencia perfectamente dispuesta. Todo ha seguido al dedillo las previsiones y eso ha facilitado mucho la operación. Además, las personas están teniendo una actitud ejemplar. Deben continuar siguiendo las indicaciones de Protección Civil». Losada alude, en paralelo a la emergencia volcánica, a la epidemiológica, pues a las personas desplazadas se les hace una PCR contra el Covid antes de entrar al cuartel.

A Losada le sorprende gratamente el estado «resignado» del pueblo canario. «Los primeros evacuados llegaron encamados y con movilidad reducida, pero todos, la sociedad canaria en general, saben de dónde vienen. No están asustados, ni los vemos con miedo. Saben que residen en una isla volcánica y lo que les ha dado la tierra». Eso sí, reconoce, « están con las caras desencajadas en el centro y ven como una cuesta muy arriba la que tienen que subir ahora con las pérdidas materiales que han sufrido». Con fortuna, no hay que lamentar daños personales, se repiten unos a otros. «Hay muchos mayores que tienen en su retina la imagen de la última erupción, y la comentan con los más jóvenes, que solo la vieron en foto de sus padres».

Físicamente, la mayoría se encuentran bien, repite el presidente de Cruz Roja en Canarias, Antonio Rico , aunque el golpe emocional ha sido muy fuerte. «Sorprende la solidaridad hacia los vecinos, todo el mundo está pensando en el otro. Lo peor para ellos es la necesidad de apoyo psicológico. Cruz Roja se va a volcar en esta atención», resuelven Losada y Rico. «Necesitan una persona que esté con ellos, son días muy difíciles» en los que una mano amiga «hace las horas de espera y dudas más livianas», dice Rico a este diario.

Cruz Roja, como en cada crisis, ha desplazado material, desde Canarias y Cruz Roja Española, para atender a los evacuados, además de vehículos adaptados para poder desplazar a las personas con movilidad reducida. Su trabajo de campo es de gestión y logística pero también con vehículos con material informática para los albergues, y una plantilla de profesionales y voluntarios que están «para todo lo que necesiten los desplazados».

Rico resuelve: «Desde el punto de vista emocional están para prestar apoyo y gracias a su amplio historial de albergues por incendios de las islas están preparados para tender la mano a los vecinos estos días». El acompañamiento emocional es el arma «fundamental» en estos momentos, junto a la ola de solidaridad que el pueblo canario está notando que llega desde todos los puntos de España.