A qué temperatura sale la lava de un volcán

La lava es el material fluido y caliente que un volcán puede arrojar al exterior de forma no explosiva. Se desliza por la acción de la gravedad por las pendientes del edificio volcánico, pudiendo cubrir grandes extensiones en las cercanías del volcán.

Cuando la lava emerge a la superficie en una erupción volcánica, la temperatura puede oscilar entre los 800 º C y los más de 1.000 º C . Sin embargo, estas temperaturas máximas suelen alcanzarse cuando se dan los flujos piroclásticos , flujos turbulentos que contienen partículas finas, gases, material volcánico o/y fragmentos de rocas y que pueden viajar a velocidades entre 10 m/seg y 300 m/seg. Sus densidades pueden variar entre flujos muy densos, que en su movimiento siguen la topografía del entorno, o menos densos que pueden moverse en cualquier tipo de topografía y transportarse por encima del agua.

Las propiedades físicas de la lava (especialmente la viscosidad ), la variación de temperatura durante su recorrido, el volumen de material emitido y las características del terreno por el que discurre, influyen sobre la morfología final que adquieren. Así, las lavas muy fluidas se extienden con rapidez cubriendo grandes extensiones con un pequeño espesor y las más viscosas, con más altura, recorren menos distancia. Así, las lavas extremadamente viscosas se quedan sobre el propio centro de emisión.

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Con todo, la temperatura de la lava depende de la temperatura inicial de fusión de la roca y del tiempo de ascenso hacia la superficie. Así, la más elevada medida en un volcán ha alcanzado los 1170 ºC aproximadamente y la más baja unos 400º C.