Ley estatal del Metro de Sevilla: medio siglo para 18 kilómetros

La ley estatal del Metro de Sevilla ha cumplido medio siglo pero el ferrocarril metropolitano padece una crisis de crecimiento propia de la adolescencia porque no entró en servicio hasta abril de 2009. El balance de la ley 37/75 no puede ser más mediocre: medio siglo de vigencia, una sola línea de 18 kilómetros y 21 estaciones, y la promesa de que media línea 3 estará funcionando dentro de un lustro, en 2030.

La norma estatal que daba cobertura a la obra del Metro de Sevilla la firmó el 31 de octubre el Príncipe de España, Juan Carlos de Borbón, dada la agónica enfermedad del jefe del Estado, Francisco Franco. Este había presidido su último Consejo de Ministros el 17 de octubre y su firma desaparece del BOE en el ejemplar fechado el 28 de octubre.

El lunes 3 de noviembre 1975, con la amenaza de la Marcha Verde marroquí para hacerse con los territorios saharauis perturbando el enrarecido ambiente que anunciaba el inminente final del dictador, aparecen cinco leyes en el Boletín Oficial del Estado firmadas ya por Don Juan Carlos, que había asumido los poderes de la Jefatura del Estado como el verano de 1974 en aplicación del artículo 11 de la Ley Orgánica del Estado. Entre las leyes que estrenaron firma, la relativa a la «construcción y explotación del Metro de Sevilla».

Era una norma de cinco artículos más cinco disposiciones adicionales por la que el Estado asumía íntegra la financiación de la infraestructura, sin que el Ayuntamiento tuviera que reembolsar la mitad. El Gobierno costearía «obras de explanación, túneles, estaciones y accesos, con sus servicios mecánicos, los edificios de cocheras, talleres y subestaciones y las instalaciones de ventilación e iluminación».

Había recibido el visto bueno de la comisión parlamentaria de Obras Públicas, presidida por Leopoldo Calvo-Sotelo, el 16 de octubre, y la sanción favorable del dictamen por el pleno de las Cortes el día 19 de noviembre, el mismo día que se despedía de la presidencia Alejandro Rodríguez Valcárcel, que tomó juramento al Rey como presidente del Consejo del Reino una vez certificada la muerte de Franco –el eufemístico «hecho biológico»– en la madrugada del 20 de noviembre.

A decir verdad, la ley del Metro de Sevilla pasó sin pena ni gloria dentro y fuera de la ciudad. Digamos que nadie tenía la cabeza para pensar en túneles subterráneos cuando España entera ansiaba ver luz al final del de su propia historia cainita.