Asunción, coronación y perdón

Medio siglo después, el 1 de noviembre de 1950, el Papa Pío XII promulgaba el decreto asuncionista y Sevilla lo festejaba a su manera. O sea, con procesión magna y coronación canónica: en concreto, la de la Virgen del Loreto del santuario en Espartinas, patrona del Aljarafe, con «animación desusada y los cánticos piadosos se oían por todas partes».

Para todo ello, hubo que esperar a que el arzobispo, el cardenal Segura volviera de Roma. Tardó una semana en volver. Así, el miércoles 8 se celebró una velada literaria en el seminario en la que estudiantes de Teología destacados glosaron el dogma. Rafael Infantes Florido (que llegaría a obispo) disertó sobre las glorias de la Sevilla concepcionista; José María Vázquez leyó «una poesía de elevados tonos»; y Pedro Gamero habló de «la veneración que Sevilla ha dedicado desde tiempo inmemorial, ha dedicado al dulce misterio proclamado dogmáticamente».

La procesión magna tuvo lugar el domingo 12 de noviembre a partir de las 16.30 desde San Miguel. Tras la cruz de guía de la parroquia de San Lorenzo figuraron las tallas marianas de la Luz de la Carretería, del Rosario de Montesión sin palio, de la Alegría de San Bartolomé, de la Presentación del Calvario, de la Divina Pastora de Santa Marina, del Loreto de San Isidoro y de la Virgen de los Reyes, que presidió el altar en el andén del Ayuntamiento donde se expuso el Santísimo traído de la capilla de San Onofre.

Era el colofón a los actos organizados en la ciudad con tal motivo. El 29 de octubre, previo a la fiesta en Roma, la congregación de Madres Cristianas había ofrecido en el Coliseo España una función homenaje con participación del jesuita Martín Prieto, que habló sobre el fundamento teológico del dogma, y la lectura de un «mensaje poético» del padre Ramón Cué SJ. El día de la proclamación, repicaron todas las campanas de las parroquias sevillanas al unísono con la Giralda mientras en la Catedral se celebraba una hora santa a las nueve de la mañana, rosario y canto de la capilla isidoriana de Ángel Urcelay antes de la misa solemne 'De Assumptione' por privilegio papal.

El Ayuntamiento también colaboró. Al día siguiente, el 2 de noviembre, a propuesta del concejal Cid Calonge, el consistorio acordó «sobreseer los expedientes de responsabilidad que actualmente se siguen contra algunos funcionarios municipales por faltas de asistencia o de puntualidad a la oficina». También se perdonaron faltas leves a guardias del cuerpo de la Policía Urbana.

Para rotular como Asunción una calle de nueva formación que «bien pudiera ser la señalada con el número 106 en el plano general de la gran barriada de Los Remedios y que comienza en la plaza de Cuba y termina en la dársena del hipódromo» hubo que esperar a la sesión plenaria del sábado 4 de noviembre por unanimidad a propuesta de Cid Calonge.