Siniestro total

El turismo de toalla y albornoces suma ahora la tendencia contumaz de un excursionista farmacéutico que busca en las tiendas del ramo o en algunas grandes cadenas de hipermercados, lo que en España continúa siendo un alevoso tirón de la cartera. Los antígenos, las mascarillas y el gel antiséptico tienen un IVA del seis por ciento; en España lo cargan con un veintitrés. Los españoles que tienen a mano la frontera portuguesa no lo dudan. Como antaño no lo dudaban para renovar el toallero y comprar café de las ex colonias lusitanas. La nueva oferta es sanitaria. Y lo que los portugueses se dejan en las gasolineras españolas llenando el tanque de sus coches, nosotros lo celebramos cargando el botiquín para hacerle frente al bicho chino. Lo curioso de esto no es que uno de Huelva, Sevilla o Badajoz cruce la raya para comprar test y lo que le cuelga. Lo curioso del asunto es que en la nación europea que más se habla del derecho a la salud y de la sanidad como uno de los pilares del estado del bienestar, sea el propio gobierno socialcomunista el que lo incumpla sin ponerse rojo…de vergüenza. Lo que les vengo diciendo: siniestro total.

Junto al IVA de las mascarillas, los antígenos y el hidrogel, este gobierno salvador y comprometido con el interés general de sus intereses de partido, ha convertido en artículo de lujo el consumo de electricidad. Convergen en el tiempo, como las tormentas perfectas, el alto precio farmacéutico con el energético, que hará aún más insoportable la vida de los que menos tienen. Una ministra cuyo tono de voz es parecido al de esos paisanos que rebuznan en las terrazas portuguesas, le ha echado la culpa a Rajoy y al toro que mató a Manolete. Europa le ha contestado que tiene margen suficiente para rebajar el IVA y luego callarse. En su retiro vacacional, Pedro el Hermoso anda profundamente preocupado por la salud de los españoles y pronto regresará para que, ahora sí, el siniestro sea total.