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El bosque y los árboles

No es cuestión de quedarse en los detalles, sino en contemplar el conjunto de hechos que debe examinarse

Javier Rubio

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Si a propósito de la tala de árboles decretada por el Ayuntamiento de Sevilla nos quedáramos dando vueltas sobre la idoneidad de esa «solución final» sin contemplar en perspectiva la nefasta gestión del arbolado que se ha venido haciendo desde tiempos inmemoriales en ... la ciudad de Sevilla, estaríamos incumpliendo el deber periodístico de tratar de explicar los hechos sin enredarnos más de la cuenta en los detalles. El hecho innegable es que, por las causas que sean, tenemos un número ciertamente impresionante de árboles diagnosticados como peligrosos en los expedientes municipales y esas firmas de funcionarios al pie de los documentos oficiales queman si se produjera -Dios no lo quiera- un incidente mortal. Quizá la caída de la rama en el Alcázar en junio pasado marca el punto de inflexión en la política municipal. Pero ni los árboles ni los tocones nos pueden ocultar el bosque.

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