LA TRIBU
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La gente que no cambia es preocupante
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Iniciar sesiónNO aprenderemos. Podremos aparentar mejoría, pero al final, como en el romance lorquiano, «el barco sobre la mar / y el caballo en la montaña.» Quiero decir que aquí los hay que no renuncian a su bando, por más que las circunstancias le demuestren que su ... bando está equivocado. Nunca pudiste con aquella frase que tanto te apartó de alguna gente, de esa gente sin ventanas a la calle, sin aires que renueven. Decía aquel entonces amigo tuyo que a él le gustaba la gente que no había cambiado de amigos desde la niñez. Le preguntaste entonces si se negaría a ser amigo de alguien que apareciera en su vida y mereciera la pena. Y te respondió que él tenía los amigos desde chico y en su vida no entraba ni uno más, y, añadía, «el que no conserva sus amigos de la niñez como únicos amigos, no es de fiar.» Naturalmente, tiraste cada uno por su lado, por mucha niñez que os uniera.
Los otros son los que dicen que son de derecha y pase lo que pase no van a cambiar, aunque vean que el camino que lleva la derecha no es el mejor. Y como éstos, los que dicen que son de izquierda y de izquierda piensan morirse, y votan al que ponga la izquierda, aunque sea un inútil con carné de identidad. La gente que no cambia es preocupante, sobre todo si los cambios que no admiten pueden llevarnos a soluciones más amplias, a determinados avances, a una convivencia mejor. Conoces a gente que está instalada en una posición y de ahí no se mueven, por más que la realidad pida sensatos movimientos. Listos siempre los hubo, de aquellos que al ver que los comunistas no tenían mucho futuro, corrieron a apuntarse al socialismo de moda; como derechones que vieron que era verdad que había muerto Franco y corrieron, primero, a la UCD, después, a Alianza Popular, y más tarde, al PP. Filocomunistas que consideraban derecha todo lo que no fuera la hoz y el martillo los viste más tarde cuidando rosas… Todo esto, todo este lío es la causa de que ahora salgan individuos que gobiernan desde el socialismo y le llaman actitud de extrema derecha a la de quien critica disparatadas acciones del socialismo. Si mando yo y soy de centroderecha, la crítica siempre es de la izquierda; y si mando yo y soy (aproximadamente) de izquierda, todas las voces contrarias son extrema izquierda, aunque esas voces sean —como está ocurriendo ahora— de trabajadores autónomos que ya no saben para dónde tirar. Subidas escandalosas de la tarifa eléctrica, del combustible y de muchos artículos de primera necesidad, y, como el Gobierno es socialista, todo el que critique es de extrema derecha. Ya ven. Por cierto, ¿se sabe algo de los dos sindicatos principales, tan dispuestos ellos a las huelgas cuando la derecha gobierna y se resbala un poco…?
garciabarbeitoantonio@gmail.com
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