Lee periódicos

Me molesta mucho esa visión de la vida que lo reduce todo a lo profesional. Yo creo que vivir es mucho más que trabajar. Dicho sea sin menospreciar en absoluto la importancia diaria del oficio, que es casi abrumadora. Por eso, mejor que la dedicación profesional sea una prolongación de tus intereses personales. Pero, lo sea o no, la vida tiene una dimensión más amplia. Incluye sobre todo esos otros aspectos de la vida privada que no son trabajo. Y que son los que más nos interesan a (casi) todos. La familia, los amigos, las aficiones… en suma, todo aquello que hacemos cuando no estamos trabajando. Y abarca también la vida pública. Es decir, la atención por los asuntos que nos competen a todos. Que, por mínima que sea en los tiempos actuales, alguna debemos prestar… si realmente aspiramos a sentirnos democráticos. Creer en la participación política y pasar de las noticias es como amar el deporte y no moverse del sofá.

Mi opinión es que leer periódicos es bueno para todas esas dimensiones de la vida. Pienso sinceramente que uno es más ciudadano leyendo periódicos. Quizás pueda sonar un poco elitista, pero la participación en la vida pública tiene sentido cuando hay un mínimo esfuerzo previo por informarse. Ir a votar a la comunidad de vecinos sobre una reforma de los espacios comunes y no enterarte de los cambios proyectados, no es practicar la democracia, es practicar la estupidez. Es cierto que hay hoy otras vías para informarse que no son los medios. Pero, a pesar del extraño culto que se rinde a las redes sociales, incluso por parte de los propios periodistas, estimo que los postulados de la «agenda setting» no han cambiado. Me gustaría que se investigara. Mi impresión desde luego es que siguen siendo los medios los que marcan la agenda pública. Posiblemente, el público llegue a los contenidos a través de las redes, no digo que no. Pero esos contenidos mayoritariamente son de los medios.

Así que leer periódicos ayuda a ser mejor ciudadano, y leer periódicos ayuda también a ser mejor persona, no sé si en el sentido ético, pero desde luego en el sentido de una persona más completa, con más discurso, más universo intelectual y más intereses. No tengo pruebas pero tampoco dudas. Las personas más felices son aquellas que siempre tienen algo que hacer con su tiempo libre. Y si alguna vez parece que no lo saben, no es porque no se les ocurra qué hacer, sino porque se les ocurren demasiadas cosas. Cuando veo a personas mayores sentirse frustradas por su jubilación, pienso que no fueron profesionales que hicieron un uso enriquecedor de su ocio. Conservando las piernas para andar y la inteligencia para leer, a mí no me faltarán tareas a las que dedicarme y que me apetezcan.

La prensa es una ventana al mundo, la cultura, las aficiones y a la felicidad. Lo creo con toda mi alma y se lo digo a mis dos hijos continuamente. Pero aun prescindiendo de estas dos facetas, para mí las dos más importantes, y fiándolo todo al éxito profesional, que hoy parece lo único que cuenta, yo creo que leer periódicos es una gran inversión (nunca mejor dicho en este caso) y que mi amigo (y el mentor de mi amigo) estaban y están en lo cierto. Mi experiencia también me lo acredita, y por eso no hay día que no dedique al menos cuarenta minutos a la lectura de los medios.

Cuando di clases de comunicación durante dos años, me llamó poderosamente la atención que casi ninguno de mis alumnos tenía el hábito de leer la prensa. Pero creo que ni siquiera hay que dedicarse a este mundo para que la lectura de periódicos proporcione beneficios profesionales. En mi caso, y en el de los que se van a dedicar a la comunicación, es de cajón. Simplemente no podría hacer mi trabajo. O lo haría con una mediocridad insufrible. Pero la recomendación vale también para los ingenieros, como mi amigo, y para los arquitectos, médicos, abogados, economistas y todo tipo de oficios liberales.

A ver si soy capaz de explicarlo de un modo sencillo. Yo creo que, profesionalmente, leer periódicos es muy diferencial, porque significa tener conversación y ser adulto (hay mucho niño chico suelto con traje). Supone poder sentarse con cualquier persona y moverse en cualquier ambiente sin hacer el ridículo. Representa ser capaz de entender textos complejos, captar la ironía, pensar con colmillo, razonar las peticiones, seducir con el humor, fidelizar con las respuestas, saber interpretar los silencios, detectar cuándo te toman el pelo, poner a un imbécil en su sitio, y escribir correos electrónicos muy bien escritos. No digo que no se puedan alcanzar todas estas competencias sin la lectura de periódicos, pero tengo la certidumbre de que la lectura de periódicos ayuda a lograrlas.

En definitiva, que yo daría la misma recomendación que le dieron a mi amigo, reformulándola un poco. Lo que le diría a cualquier universitario es algo como esto. ¿Quieres ser mejor ciudadano, más feliz y destacar en tu trabajo? Pues entonces lee periódicos.

SOBRE EL AUTOR

MIGUEL ÁNGEL ROBLES

Consultor y periodista