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SIN ACRITUD

Más fuertes

El periodismo, tan denostado por tantos muchas veces con razón, está siendo estos días ese agua cristalina y purificadora que limpia el fango que provoca el Gobierno

Ignacio Moreno Bustamante

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Cualquiera que sea periodista sabrá de lo que le hablo. Cualquiera que desde adolescente soñó con contar historias y se preparó para ello tendrá la misma sensación. El mismo sentimiento. No siempre hemos estado orgullosos de este oficio, por más que sea el más bonito ... del mundo, a decir de García Márquez. Que lo es, sin duda. Pero hay días en los que más valdría no abrir ciertas páginas de ciertos medios. Días en los que apenas encuentras argumentos para rebatir a tanto exaltado que ataca a la prensa y a los periodistas por sistema. A tanto ultra que se erige en defensor de no se sabe muy bien qué. Hablan de democracia, de defensa de las libertades, de los más débiles, de justicia social y de todo el manido argumentario que únicamente utilizan para enfrentar. Para dividir. Para polarizar a una sociedad definitivamente rota en dos mitades. Y para los que el periodismo es el culpable de todo. Un sector vendido a las grandes corporaciones que únicamente se mueve por los intereses de quien le paga. De quien le subvenciona a cambio de su silencio. De su manipulación. Ya digo que hay días en los que algunos 'compañeros' dan argumentos de sobra a estos gurús del buenismo cansino.

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