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«Wel underfõn», Antonio Rivero Taravillo

La inmensa obra de Antonio supone casi 20 años de fecunda creación y trabajo a destajo

Fernando Iwasaki

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EN 'Otras inquisiciones' (1960), Jorge Luis Borges abrochó el ensayo titulado «Sobre Chesterton» citando una parábola del 'Pilgrim's Progress' (1678) de John Bunyan: el guardián de una ciudad amurallada custodiada por feroces guerreros pregunta si existe alguien digno que quiera inscribir su nombre en ... el Libro del Rey. Un hombre intrépido se allega al guardián para decirle «Anote mi nombre, señor». Aquel paladín sacó la espada, se arrojó sobre los guerreros, recibió y devolvió sangrientas heridas, hasta que logró entrar en la ciudad amurallada. En la última línea, Borges sentenció que Chesterton dedicó su vida a escribir esa parábola. Antonio Rivero Taravillo también ha escrito su nombre en el mismo libro.

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