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PÁSALO

Carnicería de género

Ella no dimite, pero los carniceros siguen abandonando las cárceles por una ley del tebeo

Félix Machuca

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No hubieran desentonado, en absoluto, a la vera de carniceros que pasaron a la historia por su habilidad en la tortura y represión. Estos tipos que, en los últimos tiempos, se asoman a los periódicos para dejarnos helados antes de que el vórtice polar empiece ... a largar leña bajo cero, hubieran bebido la sangre de sus víctimas aliñada con el alcohol de las cantinas de Slobodan Milosevic, Reinhard Heydrich o Klaus Barbie, todos ellos carniceros de alta gama y afilados instintos criminales. Nombrarlos te deja en los labios el metálico sabor de la muerte y un olor a cuarto oscuro de tortura donde aún rebotan los lamentos inconsolables de sus víctimas. La carnicería, en este tiempo donde se empeñan en decirnos que la carne mata, ha abierto abundantes sucursales en los pórticos de la llamada violencia machista, rebaje léxico para ahorrarse el sincero exabrupto de llamarlos por lo que son: verdaderos hijos de la grandísima puta. El que tenga hijas o hijos, no me lo discutirá.

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