Suscríbete a
ABC Premium

PÁSALO

Bye, bye, Monchi

Al de San Fernando le deseo lo mejor y que alguna vez le ganemos una Copa en Europa

Felix Machuca

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Cayó Roma, los Beatles se separaron, el dinero dejó de medirse por el patrón oro, el PSOE perdió su inexpugnable castillo andaluz y Monchi y el Sevilla se devolvieron las cartas y rescindieron una tortuosa y, alguna vez dulce, historia de amor. Nada nace para ... durar. Todo pasa. Y todo llega. Y a Monchi y al Sevilla, porque el cartero siempre llama dos veces a la misma puerta, ya son historia. Rescindieron todo lo que tenían que rescindir la gobernanza del equipo y su más universal director deportivo. La separación ha sido tan traumática como suelen ser los divorcios cuando, tras el lógico desgaste de materiales emocionales, del fuego solo quedan levísimas cenizas. Y en donde antes hubo comprensión, complicidad y lealtad ahora se mueve un dragón de siete cabezas y ninguna de ellas cargada de buenas intenciones. El chicle no daba para más. No podía estirarse de tanto como se había estirado. Al chicle solo le faltaba que el globo hiciera pum y pringara la cara de todos los actores, primarios, secundarios e invitados, que suelen concurrir en este tipo de separaciones. Esta historia, como la de todas las rupturas que necesitan la intervención de traumatología, está repleta de héroes y villanos que, en algún momento, intercambiaron sus papeles. Huyamos de la moralina. En cualquier divorcio los buenos y los malos, como en las tragedias griegas, intercambian sus caretas. Somos humanos, joder.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia