todo irá bien
Mover la Tierra
Por supuesto que te equivocarás y que no siempre se acierta a la primera
No puedes escapar de Musk
La ley del silencio
ABC publicaba ayer que uno de cada tres niños es pesimista con su futuro. También decís que sois la primera generación que vivirá peor que vuestros padres y que las grandes ciudades os expulsan por los precios de los pisos o alquileres.
Yo no ... sé si tú lees el periódico o te lo podría prestar un momento tu padre. No seas pesimista, piensa lo que quieres ser. No hay ningún motivo para el pesimismo. Piensa en lo que te gusta, en lo que se te da bien y empieza a luchar. Tú no eres pesimista, estás aburrido de lo bien que vives y de no hacer nada. Si te gusta escribir, escribe. Si te gusta el cine, usa tu iPhone creativamente, o lo que tengas a mano. Si te gusta la medicina, o el derecho, o la empresa, elige a tus ídolos, llámalos por teléfono o ponles un correo y diles que quieres conocerlos. Habla con ellos, pregúntales, aprende. Al cabo de seis meses, llámalos de nuevo. Tenles cerca. Si eres pequeño o no sabes al principio cómo hacerlo, que te ayuden tus padres, pero no lo pidas: educadamente exígelo, pero exígelo hasta que lo hagan. No es tu capricho, es tu futuro. Y por el amor de Dios, nunca más te quejes. ¿Cómo te atreves? Naciste en el momento justo y en el norte civilizado y fértil. Nunca milagros y maravillas habían estado tan cerca de quien se proponga alcanzarlos.
Tenemos la ciencia, la tecnología, escuelas y médicos para todos; vivimos en el país más agradable del mundo y lo que para tus abuelos eran privilegios que no podían ni soñar para ti son derechos indiscutibles. Tu tristeza no viene de la desesperanza sino de la pereza. Levántate del sofá, ve a tu habitación, piensa en lo que de verdad quieres como si estuvieras escribiendo la carta a los Reyes, y entonces vuelve al salón hecho un hombre y explica a tus padres que el tiempo y el dinero que están invirtiendo en ti, y todas las ilusiones, tienen algún sentido porque has decidido tomar las riendas de tu vida. No te excuses en tu edad, da igual los años que tengas. No es una cuestión de edad, es una cuestión de actitud. La edad que se necesita para tener la desfachatez de victimizarse es la misma que se requiere para la valentía de alzarse y ganar. Y que sea la última vez que buscas una excusa, cobarde.
Por supuesto que te equivocarás y que no siempre se acierta a la primera. Por supuesto que aprenderás cosas y conocerás a personas que te llevarán por caminos insospechados o distintos de los que ahora crees. Pero de eso ya hablaremos cuando sea el momento. Ahora necesitas entender que el peso de tu vida no es una carga sino un premio, que trabajar y amar son una cosa y lo mismo y es así como cumplimos la promesa de Jesucristo de un mundo mejor. El pesimismo es la forma más vulgar de rendirse. No importa lo que quieras hacer: basurero, perfumista, poeta. Todo está bien. Sólo importa que seas el mejor en lo que elijas y que desde hoy concentres toda tu fuerza en el punto exacto para mover la Tierra.
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