Palabras y acciones

Después de la emisión de 'Complétement d'enquête', dedicado al actor, los visitantes del museo se han quejado. En el documental había un vídeo donde Depardieu, durante en una visita a Corea del Norte en 2018, dice: «A las mujeres les encanta montar a caballo. Su clítoris roza la silla. Disfrutan mucho. Son unas zorras». No sé si Gérard Depardieu es un agresor sexual (cómo iba a saberlo), pero la escandalera por esa frase me pilla de parte del grandullón. Su familia está conmocionada por las palabras. Y admiten que pueda ser «grosero, descarado, pesado a veces, ¡pero no violento!». Y, sobre todo, piden «detener la confusión entre palabras y acciones». Consideran al actor víctima de una «monstruosa manipulación llevada a cabo por un periodista que no dudó en hurgar en la basura». Trece mujeres han acusado a Depardieu de violencia sexual durante los rodajes. De ese tipo de comportamiento inadecuado que sirve para apuntalar la denuncia por violación de Charlotte Arnould en 2018 que todavía sigue en los tribunales. En octubre él habló, la negó y pidió perdón por lo inadecuado: «He sido durante toda mi vida provocador, desbordante, quizá brusco». Lo de las zorras a caballo no tiene nada que ver con una violación, aunque se empeñen. Pero decir, como ha hecho una periodista española, que en 1995 la penetró con los dedos mientras le hacía una entrevista… Cielos.

Qué tiempos cuando Diane Baker, que también sufrió a Hitchcock en 'Marnie', decía que en 1963 nadie pensaba en presentar una demanda por acoso sexual. Que no les habrían hecho caso. Hitchcock sigue en el Madame Tussaud de Londres. Claro, que parece un cruce entre Polanco y Alfonso Sánchez.