EL RETRANQUEO

Helar la sangre

La madre de Pagaza sabía que le helarían la sangre. Lo que no sabía es que nunca harían nada por deshelarla

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En 'El Padrino', un funerario con aspecto de tal pide a Corleone que vengue en nombre de su familia la deshonra de su hija violada. Corleone accede pero le exige estar en guardia porque algún día le haría saber que necesitaría su ayuda. Favor por ... favor. Pasado un tiempo, Sonny, hijo de Corleone, es acribillado y el funerario es reclamado para 'desplegar todas sus artes' de maquillaje, y que al menos Sonny no apareciese desfigurado en el ataúd ante su madre. Hoy es Bildu quien adecenta al PSOE. Otegi le ha robado los primeros cinco días de campaña y ahora queda a la espera de que en una fecha no lejana Sánchez le devuelva la cortesía. La palabra dignidad está manoseada, pero no por ello conviene desvirtuar su significado aunque al PSOE se le haya caído de las alforjas demasiadas veces. Cinco. O veinte. ¿Cómo quiere que se lo diga?

Siete terroristas se han descolgado de las listas de Bildu, lo cual no sería posible sin un nuevo acuerdo, expreso o tácito, entre Sánchez y Otegi. La mancha sobre la campaña del PSOE había crecido demasiado y Sánchez había tardado cien horas en reaccionar para diferenciar entre lo legal y lo ético. Pero una aspirina no cura un cáncer. Los socialistas podrán alegar que con 7 etarras con delitos de sangre sin acta municipal, la campaña está salvada, lo que equivale a aceptar a otros 37 terroristas como un bálsamo tranquilizador de conciencias sin sentimiento de culpa. Así, se asumirá sin mucha carga emocional que 37 colaboradores de ETA sí cumplen con ese requisito de una ética pública no impugnable y que la democracia gana normalidad. La línea entre lo moral y lo inmoral se traza invisiblemente fina, y basta con moverla unos centímetros, hablar un poco de paz y tal, y ensayar un 'sí es sí' con la nariz tapada porque a fin de cuentas no es lo mismo matar que ayudar a matar. Como argumento para engañarse tiene su cinismo. Pero como guion de decencia, esa receta que el PSOE prescribe cuando el zapato aprieta, nada cambia. Había una lista con 44 terroristas y ahora la hay con 37. Lo cualitativo por lo cuantitativo, y el muerto al hoyo.

Sí es una cuestión de dignidad. La izquierda lleva días regalando entradas para el cine a dos euros y apelando a que haya diputados gordos porque 'a la política le falta mucha diversidad'. Mientras, Bildu hace caja: ofrece su mano tendida a Sánchez para cobrárselo, se victimiza en un momento de sondeos favorables, y saca de foco al PNV. La cal en este caso sólo es blanqueadora, y nadie, ni Maroto, ni Alegría, ni Patxi López, ni Calviño, ni Chivite, ni García Page, ni Lambán ni Fernández Vara acudirán a un solo Comité Federal a afear a Sánchez lo que ahora, por cuadratura electoral, necesitan gritar en sus mítines. Calcularon mal el boquete. Pensaron que nadie se escandalizaría, que Bildu ya está purificada y que la vista gorda, como la sumisión, se acostumbra a todo. Bien, al menos la dignidad, no. Por una vez, Sánchez ha perdido la agenda de lo que debe o no hablarse. Ha perdido el control del mensaje, y ahora ni siquiera sabe si el auxilio de Otegi convertirá su error en reversible. Cuando la madre de Pagaza dijo al PSOE «haréis cosas que me helarán la sangre», no sabía que nunca harían ninguna que la volviese a deshelar. La cifra no es 7. Es 37.

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