Suscribete a
ABC Premium

el burladero

Ese penetrante olor a cadaverina

Esa pestilencia a mercaptano ya la hemos olido antes en España

¿Qué quiere exactamente Ábalos?

Locos por el ciberataque

Carlos Herrera

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La olfatometría política suele ser de gran utilidad para adelantar la percepción de hechos difícilmente evitables. Puede existir algún espejismo que camufle la realidad, pero cuando huele a muerto suele haber un cadáver cerca. La cadaverina (una amina como la putrescina) no suele engañar: es ... un olor penetrante a descomposición que se produce después de que las células se autodestruyan por la acción de sus propias enzimas. Es un fenómeno inevitable que se conoce como autolisis. Seguro que el gran Mariano Ozores le encontraría a esto un título adecuado. En política es muy difícil evitar ese incisivo olor: cuando una formación o un gobierno comienza a autolesionarse, a descomponerse, raudo llega el aroma de cualquier molécula odorífera de los cuerpos en degradación. O en desintegración.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación