Diario de un optimista
Las democracias pierden el norte
«Después de la pandemia será necesario replantearse, si no la democracia liberal, el reclutamiento de la clase política y las prioridades de los estados. Hay que encontrar la seriedad y el sentido común»
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa pandemia viral que comenzó el pasado diciembre en Wuhan (China) ha provocado una especie de competición entre todos los gobiernos. Algunos concluyen prematuramente que los regímenes autoritarios están demostrando ser más efectivos que las democracias y que estas podrían verse gravemente afectadas por las ... consecuencias de la pandemia. Ese juicio es apresurado, ya que, hasta la fecha, ningún país está curado, suponiendo que la curación pueda ser local, cuando la enfermedad es global. Además, hasta ahora, no hay nada que permita a los regímenes autoritarios jactarse de su superioridad, sino más bien lo contrario. Si comenzamos por China, dado que su régimen es opaco, ha permitido que la enfermedad se desarrollara en silencio durante seis semanas, poniendo en peligro a los propios chinos, y luego al resto del mundo.
Si el virus hubiera aparecido en una democracia, todo el mundo habría sido advertido de inmediato y la lucha contra la pandemia se habría iniciado desde el primer momento. Por lo tanto, no podemos felicitar al Gobierno de Pekín por haber impuesto estrictas medidas de confinamiento, copiadas en el resto del mundo, cuando él mismo era el primer responsable.
También queda por demostrar que la estrategia china, que ahora está entrando en la fase de desconfinamiento, sea un éxito; las estadísticas que China nos da, sin posible verificación, nos dejan perplejos. Todo hace creer, especialmente la cantidad de cremaciones, que el número de muertos ha sido diez veces mayor de lo que dicen las cifras oficiales. También nos asombra que el desconfinamiento chino, de momento, no haya provocado ningún contagio; no resulta creíble. También otros regímenes autoritarios, especialmente Rusia, son más hábiles a la hora de maquillar estadísticas que a la de proteger y cuidar a sus ciudadanos. Otras dictaduras, como Turkmenistán, por ejemplo, niegan rotundamente que la enfermedad exista en su país; probablemente, nunca se contabilizarán las víctimas.
Pero las democracias también han mostrado sus debilidades intrínsecas. Ya que todas han adoptado la misma estrategia, podemos evaluar los resultados y medir mejor lo que, en el futuro, tendrá que ser una profunda autocrítica. Está claro que allí donde los gobiernos admitieron desde el primer momento la gravedad de la pandemia e impusieron medidas de contención, el número de víctimas es menor y la salida de la crisis será más temprana.
En la parte superior de esta clasificación se encuentran Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y Singapur, que ya se habían enfrentado a una enfermedad semejante. Estos gobiernos también son reconocidos como competentes y fiables; la cultura local, más bien conformista, acepta fácilmente las directivas colectivas. En el extremo opuesto, Italia y España tienen poca confianza en sus líderes y la cultura local, bastante individualista, se adapta mal a las limitaciones colectivas.
En esta escala, yo situaría a Francia a medio camino entre Corea del Sur y España, y Alemania, más cerca de Corea que del mundo latino. En la parte inferior de la escala está Estados Unidos, que se enfrenta a dos obstáculos ante la pandemia. El primero, Donald Trump, que la negó insinuando que el virus era un complot de sus adversarios políticos. Ante una realidad ineludible, sigue minimizando el peligro, anuncia curas milagrosas e interfiere en todos los esfuerzos de coordinación nacional.
Algunos de sus partidarios, los gobernadores del Partido Republicano, todavía no han adoptado el confinamiento en sus estados o se niegan a imponerlo en las reuniones religiosas, aunque conocen el peligro. Reconociendo la incoherencia del Gobierno federal, algunos gobernadores y alcaldes, principalmente en Nueva York, Chicago y California, han asumido el mando e impuesto el confinamiento. De ello se desprende que saldrán mejor parados los estados que adoptaron antes las medidas y cuyos gobernadores son más persuasivos.
Más allá de esta clasificación apresurada, la gran debilidad de las democracias habrá sido su falta de preparación. Esta pandemia era predecible, había sido anunciada de una u otra forma por los epidemiólogos y varias alertas lo habían advertido (Sars en 2003, Mers en 2012). ¿Cómo explicar la ausencia de mascarillas, equipos de protección, medicamentos esenciales y planes logísticos?
Sin duda, en democracia, los políticos han perdido la noción del largo plazo; navegan de elección en elección, buscando el poder personal más que el bien común. Estos gobiernos también se han dejado distraer por causas demagógicas con una rentabilidad electoral inmediata, como el nacionalismo, el clima o la justicia social.
Ante la ausencia de amenazas inminentes y obvias (los coreanos y los taiwaneses sí saben lo que es una amenaza inminente), en todo Occidente se ha olvidado el papel fundamental de los estados, que es garantizar la seguridad de los ciudadanos. La clase política occidental ha dejado de lado lo esencial y ha preferido multiplicar las acciones públicas, mediáticas y carentes de significado. Después de la pandemia, digamos dentro de un año, será necesario replantearse, si no la democracia liberal, el reclutamiento de la clase política y las prioridades de los estados. Estamos cansados de estados caros, burocracias caducas y políticos narcisistas, con sus desastrosos resultados. Hay que encontrar de nuevo la seriedad en la política, el interés general, la competencia y el sentido común.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete