final de la champions
Afición madridista y atlética: misma pasión, distintos colores
Los socios de la peñas con más solera de Madrid viven con emoción los últimos días antes de la final de la Champions
marta r. domingo
Unos visten de blanco, otros prefieren la rayas rojas. Los primeros ansían levantar la décima Copa de Europa en Lisboa; los segundos, volver al Manzanares con la primera «Orejona» bajo el brazo. Los miembros de la peña madridista «El Portillo» y la atlética «Canillejas», ... entre las más antiguas de la capital, llevan décadas animando a sus respectivos equipos. Les separan los colores, pero les une una misma pasión: el fútbol.
El entusiasmo que corre por las venas de Antonio Maurín cuando habla del Real Madrid sigue intacto después de 63 años siendo socio del club blanco. Este mismo sentimiento es el que le llevó a unirse a otros 16 amigos que acababan de fundar la peña madridista «El Portillo». Los restos de la antigua muralla medieval que quedaban en el centro de la plaza de Embajadores dieron nombre a esta peña nacida en el invierno de 1952. «Soy madridista de toda la vida, mi mujer y yo no nos hemos perdido un solo partido», comenta Maurín con orgullo. «Siempre que podemos, viajamos con la peña para ver ganar al Madrid », añade su esposa, Francisca González.
«Bernabéu jugaba al mus en nuestra sede y Bahamontes aún viene»En las palabras del presidente de la asociación, Eduardo Guadalupo, tampoco cabe el término derrota. «Ambos equipos vienen muy agotados, pero esperemos que Iker Casillas no deje pasar ni un balón y, por supuesto, confío en los goles de Cristiano Ronaldo », asegura mientras mira con devoción la fotografía del portugués, que luce en al pared del bar, al lado de la bandera.
En la barra de la taberna colindante, la primera casa oficial de la peña, varios directivos madridistas y figuras del deporte -como el célebre ciclista Francisco Martín Bahamontes- han celebrado los aniversarios de la agrupación. «Don Santiago Bernabéu era asiduo jugador de mus en nuestra sede», comenta Maurín. «Y todavía, pese a sus 85 años, viene de vez en cuando “Fede”», agrega Guadalupo, refiriéndose al “Águila de Toledo” .
La afición de Guadalupo por el club merengue comenzó «por llevar la contraria» a su hermano mayor, que era del Atlético de Aviación. «Me hicieron socio del Atlético antes que del Madrid porque en la temporada de 1946-1947 ambos equipos compartían campo. Y así, por tres pesetas y quince céntimos, podíamos ver todos los partidos en el Estadio Metropolitano». Pese a sus orígenes rojiblancos, recuerda con especial cariño y detalle su primer encuentro como socio madridista: «Fue el 4 de septiembre de 1960, cuando el Madrid ganó en Chamartín la Copa Intercontinental. Fue muy emocionante porque veníamos con un empate de Montevideo».
Él y otros quince afortunados de la peña ya han hecho las maletas. Cambiará su asiento en la tribuna del fondo norte del Bernabéu por una plaza en el Estadio Da Luz . El resultado importa, pero nada le hará cambiar de opinión con respecto al Real Madrid : «Llevo la insignia no solo en la solapa, sino también en el corazón».
Atléticos incansables
Si la emoción y el ansia por que llegue el sábado inunda Embajadores, en el corazón de Canillejas desborda. El orgullo de los 54 miembros de la peña atlética, que lleva el nombre del distrito, no cabe en el bar de la calle Santa Tecla. Menos aún, después de que el pasado domingo su equipo les hiciera campeones de la Liga tras 18 años.
«Al principio de la temporada, no nos esperábamos obtener este título y estar a las puertas de ganar la Copa de Europa. Todo esto es una gran satisfacción para nosotros», expresa el presidente de la peña, Alfredo Gilarranz, con una sonrisa que no logra desdibujar de la cara durante toda la conversación. «Si hemos conseguido llegar hasta aquí ha sido porque el «Cholo» ha empujado del equipo , que se lo ha currado mucho. Hemos ganado a gigantes como el Real Madrid o el Barcelona. Eso demuestra que, con esfuerzo, se puede lograr todo», sentencia.
«Nos quedaremos cantando y bailando hasta que apaguen las luces»Conocen la derrota. Y no les asusta, saben lo que es bajar a Segunda división y no caer en el desaliento. En su peña se anima incluso si se pierde. «Cuando se gana es muy fácil todo. Nosotros nos quedamos cantando y bailando hasta que apagan la calefacción y dejan solo las luces de emergencia. El año pasado nos tuvieron que echar del estadio y eso que habíamos perdido contra el Madrid», bromea Gilarranz. «Para nosotros, la familia es lo primero y luego está el Atlético. Nos da alegrías, disgustos... Pero seremos del Atlético, siempre», zanja el presidente.
Muchos en la peña se consideran atléticos desde pequeños, pero César Rubio sí que sabe lo que es vivir los colores rojiblancos desde la cuna. Él es el hijo del delantero Enrique Rubio, el artífice de los dos goles que sirvieron para ascender a Primera División en 1940 y campeón de las dos primeras ligas del club. «Será un partido difícil», admite Rubio. «Pero si hemos podido ganar la Liga al Barcelona, también podemos con ellos», concluye.
Esta es la primera vez que dos equipos madrileños llegan a la final de la Champions. Y los miembros de estas peñas palpitan solo de imaginarse ya en Lisboa . Ambos viven la espera con gran ilusión y esperanza. No obstante, este derbi, antes de que se juegue, ya tiene un sabor especial: pase lo que pase, Madrid ganará.
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