Así fue la última final europea del Real Madrid

Aquel Bayer Leverkusen era un equipo temible que llegó a luchar por todos los títulos esa temporada, pero que no ganó ninguno. Cedió en la Bundesliga a pesar de haber llegado con cinco puntos de diferencia a tres jornadas del final; cayó en la final de la Copa ante el Schalke (4-2) y remató su annus horribilis con la derrota en Glasgow.

2002 fue su estreno en esa competición mágica, que llevó al equipo dirigido por Toppmöller hasta la final. En aquel conjunto estaban jugadores de la talla de Ballack, Lucio, Zé Roberto, Neuville, Ramelow o Placente. Futbolistas que eran internacionales en sus países y que habían conformado un once muy competitivo.

En la liguilla había dejado fuera al Olympique de Lyon y al Fenerbahçe, que formaban su grupo junto al Barcelona al que los alemanes ganaron en casa. En la segunda fase, compartiendo destino con el Dépor, fueron el Arsenal y la Juventus los que cayeron a manos del conjunto teutón , que en cuartos se "limpió" al Liverpool y en semifinales al Manchester United.

Ese historial sin fisuras le hacía albergar esperanzas contra el Real Madrid en la final, aunque allí se impuso la historia . Un tanto de Raúl al poco de comenzar el partido le daba ventaja a los blancos. Fue un tanto de pícaro, en el que el delantero aprovechó un saque en profundidad de Roberto Carlos para cruzar el balón ante la salida de Butt.

El gol no tumbó al Leverkusen, que supo sobreponerse para marcar poco después por medio de Lucio. El encuentro entró entonces en una fase anodina hasta que apareció la magia de Zidane y su volea para la historia. El golpeo más espectacular de una final europea en los tiempos modernos. Plástico. Perfecto.

Fue antes del descanso. Después, con César lesionado, Casillas entró en el terreno de juego para salvar al Real Madrid con varias paradas de mérito que evitaron el empate. Final feliz para el Real Madrid que afrontar el duelo del sábado ante el Atlético con este buen recuerdo.