Gobierno y oposición chocan por la quema de coranes: «Fuerzas medievales no pueden dictar las leyes en Dinamarca»

Hummelgaard ha declarado que quemar el Corán constituye un «acto principalmente desdeñoso y antipático» que perjudica «a Dinamarca y a los intereses daneses». «No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras algunos individuos hacen todo lo que pueden para provocar reacciones violentas», ha dicho también, en relación a la ola de protestas y amenazas terroristas que desataron las últimas profanaciones. Tirar un libro sagrado al cubo de la basura no debería ser un acto inapropiado, según el borrador, a menos que la forma de deshacerse de ella sea «peyorativa o burlona». Y cuando los periodistas han preguntado al ministro de Justicia socialdemócrata si envolver un Corán en una bandera arcoíris, en protesta por el trato que los gobiernos musulmanes dan a los homosexuales, también será considerado un trato inadecuado, Hummelgaard se limitó a responder que no puede proporcionar por ahora una lista larga de lo que es apropiado y lo que no lo es.

«La definición final queda en manos de los tribunales, el proyecto pretende una intervención jurídica limitada y precisa». La reforma protegerá también a la Biblia, el crucifijo o la Torá, al igual que cualquier otro símbolo u objeto religioso, pero no a «la expresión verbal o escrita» de gestos de desprecio, como podría ser una caricatura, acotación con la que el gobierno sigue reivindicando su compromiso con la libertad de expresión. Pero para la oposición no resulta suficiente. «Ahora, fuerzas medievales y no libres desde Medio Oriente pueden dictar cómo debemos vivir aquí en casa», ha condenado la ex ministra de Integración y actual líder de los populistas demócratas daneses de derecha, Inger Støjberg.

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Durante la crisis que rodeó las caricaturas de Mahoma, el gobierno danés de la época se mantuvo firme y desafió los intentos de los mullahs de restringir la libertad de prensa. «Si el gobierno tuviera coraje haría ahora lo mismo», ha dicho Støjberg. «Felicitaciones, Al Qaida y compañía. El gobierno danés ha escuchado vuestras amenazas», ha ironizado el partido Alianza Liberal en las redes sociales. Hace seis años, en medio de la crisis en torno a las caricaturas de Mahoma, Dinamarca derogó el delito de blasfemia, una disposición de 334 años de antigüedad que castigaba a quienes insultaran públicamente a las religiones. Alianza Liberal considera que esta reforma del código penal constituye una «reintroducción de la cláusula sobre la blasfemia», que el gobierno por su parte desmiente. El caso es que varios juristas consultados por el periódico 'Politiken' defienden, sin embargo, que la ley propuesta representa efectivamente una reintroducción de al menos varias partes del párrafo sobre blasfemia que fue derogado. La libertad de expresión es un «valor fundamental absoluto, pero en las democracias no hay libertad sin responsabilidad», ha sentenciado el viceprimer ministro y ministro de Economía, Jakob Ellemann-Jensen, que considera la quema de las sagradas escrituras «una provocación por la provocación».

El proyecto de ley se presentará al Parlamento en pocas semanas. La coalición formada por socialdemócratas, el partido liberal-conservador Venstre y los liberales moderados no depende de los votos de la oposición para la reforma. Representantes del partido Die Alternative han expresado además su apoyo, de manera que el proyecto de ley tiene garantías de éxito. No así en Suecia, donde el gobierno también ha anunciado una reforma con vistas a prohibir las quemas del Corán pero no cuenta con la mayoría necesaria en el parlamento de Estocolmo. El gobierno sueco está examinando si mediante una modificación de la ley reglamentaria podría convertir la quema del Corán en un criterio para autorizar o no reuniones o manifestaciones públicas.