Orbán hace campaña a favor de Trump y tensa más sus relaciones con la UE

Orbán ha visitado recientemente a Trump en dos ocasiones en su finca de Mar-a-Lago, y ha manifestado su deseo de apoyar institucionalmente su campaña, mientras reprocha a las autoridades europeas el apoyo al actual Gobierno estadounidense. «Europa ha renunciado a defender sus propios intereses», denunció ante un público predominantemente de etnia húngara. «Lo único que Europa hace hoy es seguir incondicionalmente la política exterior de Estados Unidos, dominada por el Partido Demócrata (...) incluso al precio de la autodestrucción», sentenció.

En opinión de Orbán, «nos enfrentamos a un cambio que no se había visto en 500 años: lo que tenemos ante nosotros es de hecho un cambio en el orden mundial», y calificó a China, India, Pakistán e Indonesia como el actual «centro dominante del mundo». También reiteró su teoría de que Estados Unidos fue responsable del sabotaje del gasoducto Nord Stream, que transportaba gas de Rusia a Alemania, tesis defendida por autores como el periodista estadounidense y premio Pulitzer Seymour Hersh. Habló concretamente de «actos de terrorismo» que aparentemente se llevaron a cabo a instancias del actual Gobierno del presidente Joe Biden.

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Rosalía Sánchez | Corresponsal en Berlín

El embajador estadounidense en Hungría, David Pressman, ha reaccionado en X a estas declaraciones con una condena a su retórica y advirtiendo que tales acusaciones podrían dañar las relaciones entre Hungría y Estados Unidos. Ha reprochado también a Orbán la difusión de «teorías de conspiración del Kremlin sobre Estados Unidos», lo cual «no es lo que se espera de un aliado».

Los comentarios del líder húngaro se producen en un momento en el que se enfrenta a crecientes críticas por parte de sus socios europeos, a causa de sus «misiones de paz» a Moscú y Pekín para negociar el fin de la guerra en Ucrania sin mandato de la UE. Orbán es considerado uno de los principales políticos de la UE con vínculos más estrechos con el Kremlin y considera a Ucrania como un estado tapón, cuyas garantías de seguridad internacional estarían consagradas en un acuerdo entre Estados Unidos y Rusia, por lo que sistemáticamente se ha opuesto tanto en la UE como en la OTAN al suministro de armas y a la ayuda financiera a Kiev.

En su discurso en Rumanía, insistió una vez más en que rechaza la inmigración como respuesta al envejecimiento de la población de su país y advirtió que Europa se está convirtiendo en una sociedad «multirracial« y «mestiza», lo que a su juicio es un riesgo que no se debe correr, al tiempo que presumió de las medidas de protección de las fronteras llevadas a cabo por su gobierno, que han supuesto una inversión de 18.000 millones de euros y han evitado, según sus cifras, la entrada en Europa de un millón de inmigrantes hasta el momento.

Y en esta tradicional aparición, con la que cada año participa en los cursos de verano de la Universidad de Bálványos, en la Transilvania rumana, ha dedicado también duras críticas a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos en París, que en su opinión demuestra que «no hay moral en Occidente». Ha llamado a «encontrar jóvenes combatientes y valientes con espíritu nacional» dispuestos a defender las fronteras europeas.

Respecto a sus objetivos como presidente semestral en Europa, señaló la lucha contra la inmigración ilegal y la Defensa. Quiere un nuevo acuerdo de competitividad que garantice la reducción de la burocracia y encontrar soluciones a los «desafíos» de la cuestión demográfica, luchar contra la fragmentación del mercado único, y prestar apoyo concreto al sector agrario para dotar de previsibilidad a los agricultores, que se sientan más seguros y puedan centrarse en la «productividad» y en la «competitividad», Apuesta también por contar con las empresas en la legislación sobre el clima, e insistió en que las pequeñas y medianas empresas son la «espina dorsal» de la economía.