Orbán mantiene su desafío a la UE y sigue su polémica gira con una reunión con Trump
En Bruselas se estudia boicotear las reuniones informales de la presidencia
La OTAN dice que el ingreso de Ucrania es ya un proceso «irreversible»
Mientras el primer ministro húngaro Viktor Orbán confirmaba en Washington su decisión de encontrarse con el ex presidente norteamericano Donald Trup, en Bruselas una reunión de embajadores de los países miembros de la UE condenó de forma rotunda sus iniciativas personales en favor de ... un acuerdo con el dictador ruso Vladímir Putin. Sus viajes a Moscú y luego a Pekín han irritado a los demás países que decidieron enviarle una especie de advertencia para que quede claro que no representa ni a la UE ni a los estados miembros y que como ha dicho en privado un diplomático europeo, «sus acciones no sirven ni a la UE ni a la paz sino que juegan a favor de Putin y su plan de guerra».
Los embajadores no han tomado ninguna decisión concreta, entre otras cosas porque la dirección de los debates le corresponde preciosamente a la presidencia húngara, pero varios representantes han evocado como posibilidad de coordinar la ausencia a las reuniones informales que como presidencia ha programado en Budapest durante este semestre. Teniendo en cuenta que las reuniones informales no pueden tomar decisiones concretas, una medida así solo tendría efectos simbólicos desde el punto de vista legal, pero sería un terremoto político en la Unión.
El húngaro se ha pasado toda la cumbre de la OTAN en la capital norteamericana enviando por redes sociales todo tipo de mensajes para que quede claro que no asume ni piensa participar en ningún plan de ayuda militar a Ucrania, en contra de la doctrina que han asumido todos los demás aliados. Ni siquiera en los anteriores episodios de rebeldía dentro de la OTAN que ha protagonizado el turco Recep Tayip Erdogan se había llegado tan lejos en el desafío a los principios básicos de la organización. Y a diferencia del ahora presidente turco, que en el último momento siempre sabía levantar el bloqueo antes de que las cosas llegasen a mayores, Orbán ha mantenido su desafío intacto incluso durante la celebración solemne del 75 aniversario de la Alianza.
La diferencia puede ser precisamente el hecho de que Orbán se aprovecha de ejercer este semestre la presidencia rotatoria de la UE y eso le otorga una capacidad de la que está abusando permanentemente de una manera que no se había visto nunca antes.
Durante los meses previos al comienzo del semestre, varios gobiernos y fuerzas políticas estuvieron valorando la posibilidad de buscar un resquicio legal para hacer que el turno pasara directamente a Polonia pero en el último momento prevaleció la convicción de que el húngaro guardaría al menos las formas. Tampoco es normal que en una reunión del Comité de Representantes Permanentes de la UE se alcen críticas tan severas hacia un país en concreto teniendo en cuenta que se presupone que todos los miembros de la UE comparten un mínimo de valores y principios. Y menos aún que varios embajadores hayan salido de la reunión diciendo que este ha sido un primer aviso que se puede repetir en el futuro.
El húngaro ya ha sido sometido a sanciones por parte de la Unión Europea debido a sus posiciones políticas en campos polémicos como la independencia del poder judicial o su negativa a aceptar refugiados o inmigrantes para ayudar a otros países. Expulsado del grupo Popular, Orbán ha creado un nuevo grupo en el Parlamento Europeo junto con la populista francesa Marine Le Pen.
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