Fin de la luna de miel entre Biden y Lula por el acercamiento de Brasil a Irán
Las desavenencias entre ambos mandatarios se van acumulando, pues, entre otras cosas, el presidente brasileño no ha condenado taxativamente la invasión rusa de Ucrania
Lula da Silva: «Brasil no necesita armas, necesita seguridad, libros y educación»
Corresponsal en Washington
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Iniciar sesiónLa decisión del nuevo Gobierno de Brasil de permitir que dos buques de guerra iraníes, sancionados por Estados Unidos, atracaran recientemente en el puerto de Río de Janeiro ha provocado la primera crisis entre un Luis Inázio Lula da Silva recién regresado al poder ... y una Casa Blanca cada vez más recelosa de las alianzas de este último. El Gobierno estadounidense ha llegado incluso a calificar ese permiso concedido a los iraníes de «lamentable» y de «tiro en el pie» de Lula. Ahora este prepara un viaje a Pekín en un punto de máxima tensión entre la dictadura china y Washington.
A pesar de la cordialidad aparente entre Lula y Biden en una visita del brasileño a Washington el mes pasado, las desavenencias se van acumulando. El primer problema fue en realidad la resistencia de Lula a condenar taxativamente la invasión rusa de Ucrania, y su insistencia en que puede mediar un plan de paz. Los ucranianos se niegan a oír sobre semejante plan hasta que Rusia se retire del territorio soberano invadido desde hace un año.
La decisión de Lula llega además después de que tanto el Gobierno de Ucrania como los aliados de la OTAN hayan denunciado que Rusia ha estado empleando drones de Irán que se destruyen en zonas con población civil, actuando como rudimentarios misiles con alto número de bajas. Irán ha proporcionado a Rusia cientos de esos aviones no tripulados para que los utilice contra la red eléctrica y las instalaciones energéticas ucranianas. Esos ataques con drones, junto con misiles rusos, han dejado a miles de civiles ucranianos sin calefacción, electricidad o agua corriente durante el invierno.
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Una provocación
Los dos buques de guerra iraníes, la fragata ligera Dena y el buque de apoyo logístico Makran, atracaron en el puerto de Río de Janeiro entre el 26 de febrero y el 4 de marzo. En realidad habían pedido parar antes, pero según revelaron los medios brasileños Lula demoró el permiso porque no quería que los buques estuvieran en aguas territoriales brasileñas justo cuando él era recibido en la Casa Blanca.
Los republicanos en el Capitolio revelaron después que uno de los buques, el Makran, estuvo implicado en un intento de venta de armas a Venezuela que finalmente se frustró. Según dice el conservador Michael McCaul, presidente de la comisión de Exteriores de la Cámara de Representantes, «Irán intenta desde hace tiempo seguir avanzando en la región, y el presidente Biden debe instar al presidente Lula da Silva a que rechace de plano más ataques de esos buques».
El sábado pasado, en un discurso en un congreso republicano en Washington, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro afirmó que de seguir él en el poder «esos barcos iraníes no serían un problema». Bolsonaro dejó Brasil antes de que se acabara su mandato y reside temporalmente en Orlando como turista, aunque tiene previsto regresar a su país este mes, según han anunciado sus hijos. El fin de semana recibió el apoyo de Donald Trump en ese congreso anual. En sus años en el gobierno, ambos sumaron fuerzas para aislar al chavismo y cortar lazos con Irán. Trump hasta retiró a EE.UU. del acuerdo nuclear con el régimen islámico, en cuyos inicios tuvo un papel parcial Lula, antes de salir del poder.
Según ha publicado la prensa brasileña, Teherán pidió en un principio que sus buques de guerra, que se dirigían al canal de Panamá, hicieran escala en Río en enero. Después de que se hiciera público el viaje de Lula a Washington, el régimen iraní sugirió adelantar el atraque para que coincidiera con esa visita. Para la diplomacia estadounidense fue una provocación, y Lula se vio forzado a pedir un aplazamiento. Según ha revelado el principal diario brasileño, 'Folha de S. Paulo', la Casa Blanca llegó a advertir a Lula de que se iba a dar «un tiro en el pie» y amenazó con cancelar el encuentro, algo bastante infrecuente.
Lula visitará China
Esta misma semana, EE.UU. dijo abiertamente que considera «lamentable» la decisión de Lula, algo poco común en la diplomacia norteamericana. En declaraciones a 'Folha', Ricardo Zúñiga, responsable de la cartera brasileña en el departamento de Estado, advirtió de que el régimen iraní «no solo actúa contra su propio pueblo», sino que proyecta su influencia más allá de las fronteras «en actividades que son contraproducentes para la paz y la seguridad internacional». Zúñiga también dijo que espera que Brasil defienda la democracia y los derechos humanos ante las dictaduras de Nicaragua y Venezuela.
EE.UU. dijo abiertamente esta semana que considera «lamentable» la decisión de Lula, algo poco común en la diplomacia norteamericana
Ahora se acerca una visita de Lula a China, aliado como Rusia de Irán, en un momento de máxima tensión entre Pekín y Washington. Será en principio el 28 de marzo. Lula buscará, según su Gobierno, mayores inversiones chinas en Brasil y, de nuevo, circulará en Pekín su propuesta de un plan de paz para Ucrania. A medida que el conflicto se ha alargado, China ha ido acercándose más a Rusia y la Casa Blanca hasta ha denunciado que se plantea enviar munición ante los altos costes de la invasión para el régimen de Putin.
Aprovechando sus buenas relaciones con los regímenes en Venezuela y Cuba, el régimen iraní está ampliando lentamente su presencia en el continente americano. En años recientes, Teherán envió asesores militares a Venezuela, y se prestó a comercializar el crudo de ese país a cambio de gasolina, ante las críticas del gobierno de EE.UU. El año pasado, el gobierno argentino retuvo en un aeropuerto un avión iraní, también sancionado por EE.UU., en el que viajaban 12 ciudadanos venezolanos e iraníes. Tras un breve proceso judicial, estos acabaron quedando libres.
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