¿Cuál es la inspiradora conexión entre Trump y Bolsonaro?
Los energúmenos iliberales, que tanto han proliferado durante los últimos años, no se caracterizan precisamente por su originalidad
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Steve Bannon: «No apoyamos al separatismo, el Estado nación es algo importante»
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Iniciar sesiónLos energúmenos iliberales, que tanto han proliferado durante los últimos años, no se caracterizan precisamente por su originalidad. Ninguno pasaría los filtros digitales utilizados en el mundo académico para detectar el plagio. Aunque en su visceral ignorancia no lo sepan, todos estos demagogos de ... la derecha radical en realidad no hacen más que regurgitar declinaciones del Tradicionalismo, esa subterránea corriente filosófico-espiritual seguida por una minúscula y ecléctica parroquia durante los últimos cien años.
Como explica el profesor Benjamin Teitelbaum en su libro 'War for Eternity', los tradicionalistas genuinos aspiran a todo lo contrario de la modernidad y la razón ilustrada. Es decir, luchan por lo que consideran verdades y estilos de vida atemporales, trascendentales y, por supuesto, incompatibles con el progreso. Los más cafeteros llegan a proyectar sus valores en un sistema de pensamiento que trasciende las clásicas definiciones políticas. Y a pesar de sus muchas contradicciones han logrado alimentar el contagioso discurso de la extrema derecha sin fronteras.
Como plagiador en jefe de todo este 'corta y pega' antidemocrático destaca Stephen K. Bannon, el Alexander Duguin de Donald Trump. Con sus viajes, montajes y discursos, este Nostradamus trumpiano ha conseguido captar la atención de mucho asilvestrado político necesitado de un relato más o menos convincente. Beneficiado con un perdón presidencial, Bannon no se ha conformado con disfrutar de su forzada impunidad. De hecho, sus hazañas han vuelto a salir a la palestra con la asonada de los bolsonaristas en Brasil.
Con un 99 por ciento de sospechosa coincidencia, Bolsonaro y su familia han repetido punto por punto el guion de descrédito de las instituciones democráticas ya utilizado por Trump: desde la denuncia sin pruebas de un fraude masivo hasta la negativa a reconocer su derrota. Y en cuestión de dos años, el negacionismo electoral que no acepta la rendición de cuentas a través de las urnas ya viaja en primera clase conspiranoica. Todos estos paralelismos demuestran hasta qué punto la ideología antidemocrática impulsada por Trump ha sido exportada literalmente a todo el mundo.
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