Italia aprueba la entrada de medio millón inmigrantes extracomunitarios entre 2023 y 2025

Así lo ha aprobado el Consejo de Ministros, que especifica estas cifras: «se admitirán 136.000 en 2023; 151.000 en 2024, y 165.000 en 2025». Se trata de números significativamente mayores que los flujos de inmigrantes aprobados en años anteriores. Por ejemplo, el decreto de flujos migratorios de 2022 aprobó la llegada de 82.000 trabajadores extranjeros. Pero esa cifra fue insuficiente,y por eso se ha permitido la entrada inmediata de otros 40.000 trabajadores.

El mundo económico había solicitado repetidamente un aumento del umbral para hacer frente a la creciente escasez de mano de obra. El comunicado difundido por Palazzo Chigi, sede de la jefatura del Gobierno, reconoce que «se admiten 452.000 extracomunitarios frente a un requerimiento detectado de 833.000 trabajadores». Según especifica el decreto del Gobierno, las puertas se abren a nuevos sectores: fontaneros, electricistas, conductores de autobús, asistentes sociales y sanitarios, telecomunicaciones, alimentación, trabajadores de la construcción naval y para la pesca.

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Es la primera vez que el Gobierno, ante la demanda creciente de mano de obra extranjera que realizan los empresarios, se ha visto obligado a hacer una planificación trienal y no anual como hasta ahora. Así lo explica el Gobierno: «Siguiendo el análisis de las necesidades de las realidades productivas del país, del que surgieron en el diálogo con las patronales y sindicatos, se introduce un incremento de las cuotas de trabajadores y se reduce de forma progresiva la diferencia entre los flujos de entrada y las necesidades de la mano de obra en el mercado del trabajo, de forma coherente con la capacidad de acogida e integración de los trabajadores extranjeros en las comunidades locales».

Con su decreto de flujos migratorios, el Gobierno Meloni pretende contrarrestar, al menos en parte, la inmigración ilegal. Para ello, el ejecutivo reservará cuotas de entrada de trabajadores extranjeros para los países que firmen acuerdos con Italia para la readmisión de sus emigrantes que llegan ilegalmente a territorio italiano. Además, al hacer una programación trienal de los flujos de inmigrantes, se facilitará realizar una formación laboral en los países de origen antes de partir hacia Italia.

Es un clamor entre los empresarios italianos la necesidad de mano de obra, sobre todo en algunos sectores. La semana pasada, el conocido empresario Flavio Briatore creó una notable polémica con esta frase en una entrevista en la RAI: «Dentro de 20 años, no habrá más carpinteros, ni albañiles ni artesanos, porque estos mandan a sus hijos a la universidad». Las declaraciones del empresario no fueron compartidas por todos. Muchas personas criticaron a Briatore por sus palabras al considerar que no es justo que los hijos de los albañiles o artesanos sean obligados a seguir los pasos de sus padres, sino que se les debe dejar libertad para decidir su futuro.