El gobierno alemán expresa ahora «reticencias» sobre el acuerdo europeo de asilo

En el centro de la nueva controversia, en el caso de Berlín, se encuentra una cláusula que permitiría a los Estados miembros sobrecargados reducir los estándares aplicables para el registro y alojamiento de solicitantes de asilo en situaciones excepcionales. Alemania teme que, si se declara una crisis, los trámites fronterizos podrían aplicarse a casi todos los refugiados. «La regulación propuesta aún está sujeta a revisión dentro del gobierno federal», ha confirmado un portavoz del Ministerio alemán de Interior. El gobierno alemán ha hecho saber que no acepta ese párrafo, sobre el que la Presidencia española del Consejo de la UE quiere llegar a un acuerdo a finales de mes. Los países no recurren a la presidencia española como moderador, dada la situación actual, con unas elecciones en ciernes, sino que están negociando entre ellos y se vuelven a repartir las cartas sino que están negociando entre ellos y se vuelven a repartir las cartas.

Lo que votaron –con una mayoría suficientemente amplia– los ministros de Interior de la UE en junio es que las solicitudes de asilo de inmigrantes de países de origen con una tasa de reconocimiento inferior al 20 por ciento deben examinarse en un plazo de doce semanas en las fronteras exteriores de la UE. Durante este tiempo, quienes buscan protección deberían permanecer en instalaciones de acogida estrictamente controladas. Aquellos que no tienen posibilidad de asilo deben ser devueltos inmediatamente.

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La ministra alemana de Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser, había hecho campaña durante las anteriores negociaciones para que las familias con niños quedasen exentas de los llamados trámites fronterizos. Sin embargo, para hacer posible el gran avance comunitario, terminó cediendo. Ahora ha descubierto, además, que la regulación en situaciones de crisis es una tapadera para que los países que se niegan a recibir refugiados incumplan legalmente el acuerdo, porque es cada gobierno el competente para declarar la susodicha crisis a su conveniencia.

La propuesta de nuevo reglamento prevé plazos más largos para el registro de solicitudes de asilo en las fronteras exteriores, así como la posibilidad de rebajar los estándares de alojamiento y atención. Según el acuerdo, quienes buscan protección en situaciones de crisis deberían estar obligados a permanecer más de doce semanas en las instalaciones de acogida cercanas a la frontera. Sospecha que una situación en la que otro país «instrumentaliza» a los refugiados podría considerarse una situación de crisis, como ha ocurrido recientemente en la frontera entre Bielorrusia y Polonia. «Dado que el gobierno alemán se abstuvo de votar el llamado reglamento de instrumentalización en diciembre de 2022, es particularmente crítico con las regulaciones sobre situaciones de instrumentalización contenidas en el reglamento de crisis», dice ahora el Ministerio de Interior.

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El diputado socialdemócrata Hakan Demir subraya que «la reducción adicional de los estándares de protección castiga a los refugiados y no a los estados que los «instrumentalizan» y recuerda que, en una situación de emergencia, el Consejo ya puede tomar medidas provisionales a favor del Estado miembro a propuesta de la Comisión. El derecho europeo de asilo es una cuestión política muy delicada en Alemania y uno de los motivos por los que la derecha populista de AfD sube como la espuma en las encuestas. Según la Oficina Federal de Migración y Refugiados, alrededor de 150.000 refugiados solicitaron asilo en Alemania entre enero y junio, un 77% más que en ese mismo semestre del año anterior, y en este dato no están incluidos los ucranianos, que reciben ayuda en virtud de una directiva europea y no necesitan pedir asilo.

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Polonia, Italia y Hungría tampoco apoyan ya el acuerdo del 8 de junio, aunque por otras razones: las exenciones propuestas no van lo suficientemente lejos para ellos. El Ministerio de Interior de Italia contabiliza más de 75.000 inmigrantes que han llegado al país por mar desde principios de año, un semestre en el que en 2022 se registraron por esa vía alrededor de 31.900. El centro de acogida inicial en la isla mediterránea de Lampedusa está actualmente desbordado. «Tenemos que admitir que el sistema de asilo de la UE está roto, no funciona. Por eso es importante que trabajemos juntos bien bilateralmente», ha dicho recientemente el canciller de Austria, Karl Nehammer, tras una reunión con los jefes de gobierno de Hungría y Serbia.