La familia Trump: Barron está dentro, e Ivanka se queda fuera

La prueba más evidente de que Trump lo ve como su heredero más prometedor e idóneo está en las redes sociales. Esta semana, el expresidente compartió un meme viral que compara una foto suya de joven con otra actual de Barron, resaltando su asombroso parecido. Bajo las imágenes, unas letras rojas, dignas de una serie sobre dinastías familiares, proclamaban: «LEGADO». Ninguno de sus otros hijos puede jactarse de un mensaje semejante.

Solo después de que Trump dejara la Casa Blanca, y gracias al torrente de biografías autorizadas, no autorizadas y semiautorizadas, el mundo supo que el expresidente estaba hasta el gorro de la constante presencia de su hija Ivanka y su yerno Jared Kushner en la sede del poder. Según esas revelaciones, incluso intentó que uno de sus jefes de gabinete, John Kelly, los despidiera, consciente de que él no podía hacerlo directamente debido a los lazos de sangre.

Noticia Relacionada

Mel Gibson, Stallone y Jon Voight, «embajadores de Hollywood»

Pablo Amigo

El cineasta ha 'bendecido' así a tres estrellas de la vieja industria que en los últimos años le han apoyado, a contracorriente de la mayoría del gremio

Tras el asalto al Capitolio, tanto Ivanka como Jared parecieron desvanecerse del círculo cercano de Trump. Guardaron silencio, se retiraron a una exclusiva isla de millonarios en Florida y, en apariencia, dieron por terminado su vínculo político con el patriarca. Sin embargo, el costo de esa distancia ha sido evidente: han quedado fuera del fulgurante regreso de Trump, donde la familia que importa ahora no es la de sangre, sino la que se elige.

Esa nueva familia parece estar encabezada por Elon Musk. En los saraos de la mansión de Mar-a-Lago, el multimillonario dueño de Tesla y la red social X aparece de manera omnipresente. Se autodenomina «el primer amigo», da consejos, participa en reuniones y se suma a las llamadas más estratégicas. El círculo de poder ha cambiado, y en él, Musk ocupa un lugar privilegiado hasta en las fotos en grupo, para las que Melania suele esfumarse.

Hay un evidente elemento de gratitud: Musk no reparó en esfuerzos ni recursos para respaldar a Trump, llegando a organizar sorteos de un millón de dólares diarios para movilizar voluntarios y asegurar la maquinaria de la campaña. Por su parte, Barron Trump, el hijo menor, emergió como un asesor inesperado, familiarizado con las redes sociales y plataformas digitales. Con una mirada en las generaciones más jóvenes, especialmente la generación Z, guió a su padre en cómo ganar relevancia en espacios de los que muchos demócratas no habían oído ni hablar, como Twitch o Discord, adaptando el mensaje a los códigos de estas plataformas.

Como tantos hijos de padres mayores, actuó no solo como estratega, sino también como intérprete del mundo digital, sugiriendo direcciones estratégicas, enseñando trucos y, probablemente, arreglando el teléfono de su padre más de una vez. Su madre, Melania, ya ha anunciado que Barron tendrá su propio cuarto en la Casa Blanca, no como el resto.