El escenario bélico general se complica

El Ejército ruso trata de completar la destrucción de las tropas ucranianas antes del relevo en la Casa Blanca

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Bomberos trabajan en un edificio en Ternopil, Ucrania, alcanzado por drones rusos Reuters

Las tropas rusas conservan la iniciativa en el teatro ucraniano. Los combates más cruentos se desarrollan en las zonas (de norte a sur): óblast de Kursk (Rusia); Prokovsk; y Velika Novosilka. En la primera, las tropas rusas, habiendo recuperado ya el 50% del territorio ... invadido, tratan de completar la destrucción o la expulsión de las ucranianas antes del relevo en la Casa Blanca (20 de enero). En la segunda, los combates más duros se desarrollan en el oeste de Toretsk, donde las tropas rusas avanzan siguiendo el curso del río Kryvyi Toretsk, habiendo alcanzado Novospaske (2,5 km al oeste de Toretsk). Y en la zona de Velyka Novosilka, importante nudo de comunicaciones (araña de seis patas) y potente baluarte de la defensa ucraniana, las tropas rusas progresan rápidamente por el este de esa población, habiendo alcanzado la línea Novyi Komar-Rozdol´ne. Eso supone un riesgo de embolsamiento de las tropas ucranianas que, probablemente, tratarán de conservar el baluarte a toda costa. La potencial caída de Velyka Novosilka en manos rusas permitiría a éstas acelerar sus avances; bien hacia Prokovsk, o bien hacia el noroeste siguiendo la dirección del río Mokri Yaly, para alcanzar la autovía N-15 que conduce a la ciudad de Zaporiyia.

Simultáneamente, se está desarrollando una campaña de bombardeos rusos contra las infraestructuras energéticas ucranianas y sus redes de distribución. Campaña que no es nueva ya que reproduce las de los dos otoños anteriores, y está orientada a quebrar la economía y la voluntad de resistencia de los ucranianos.

En este caso, el Kremlin la justifica como respuesta a los ataques contra territorio ruso de los misiles ATACMS norteamericanos y los Storm Shadow franco-británicos. Supone, en realidad, un sumando más de los activos rusos, cuando una potencial fase negociadora de un alto el fuego pudiera estar próxima. Ello ha provocado en varios países, especialmente los nórdicos, fervientes promesas de incremento, en el año 2025, de sus ayudas a Ucrania.

Las recientes visitas a Kiev, nada más entrar en funciones, de la Alta Representante de la UE, la estonia Kaja Kallas, y la del presidente del Consejo Europeo, el portugués António Costa, responderían al mismo intento de respaldo moral y económico. Lo mismo se aplicaría a la del pasado lunes del canciller Scholz; que no falten apretones de mano, palmaditas en la espalda y promesas de ayuda indefinida.

Por otro lado, la visita a Corea del Norte, el pasado viernes, del ministro de defensa ruso, Beloúsov, ha difundido un mensaje de reforzamiento de la alianza Moscú-Pionyang, de particular incidencia en la defensa mutua, y cuyo destinatario preferente, aparte de Kiev, ha sido Seúl y, por tanto, también Washington.

Otro frente abierto

La ley de los vasos comunicantes complica el escenario bélico. El amortiguamiento de la guerra en el Líbano ha resultado en la intensificación de la de Siria. Mala noticia para Putin, porque acarrea el riesgo de introducir a Rusia en esa ecuación bélica, cuando todavía están muy vivas las hostilidades en Ucrania. Las tropas de Bashar al Assad, apoyadas por cazabombarderos rusos, combaten a los terroristas islámicos patrocinados por Ankara en Idlib y Alepo. Peligran, además, los intereses militares rusos tanto en la base aérea de Hmeymim (16 km al sureste de Lataquia), como en la base naval de Tartús (la única rusa en el Mediterráneo). Tampoco es buena nueva para el Kremlin la creciente inestabilidad, de claro perfil antirruso, en Georgia, que podría llegar a constituir un nuevo foco de alta tensión en otra frontera rusa.

Mientras tanto, Zelenski parece ablandar su postura: de la victoria total y la entrada fulminante en la OTAN, habla ahora de un alto el fuego con entrada en la OTAN solamente de la Ucrania controlada por Kiev. ¿Acaso eso significa que aquél da la guerra por perdida y pretendiera perpetuarse en el poder con la garantía de defensa aliada? Finalmente, resulta difícil resistirse a la tentación de señalar la turgente puesta en valor, a ambos lados del Atlántico, de los tenientes generales (TG) retirados y procedentes de Infantería, para la gestión de asuntos sensibles y complejos. Trump, en Washington, reproduciendo el paradigma valenciano, ha incorporado a su equipo al TG retirado Keith Kellogg como enviado especial para Rusia y Ucrania. ¿Podría cundir ese ejemplo?

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