Chile vuelve a la normalidad mientras se investigan las causas del apagón de 10 horas

Las autoridades, encabezadas por el presidente Gabriel Boric, anunciaron una profunda investigación para determinar las responsabilidades y sanciones y la Cámara de Diputados informó que, cuando se retome la labor legislativa la semana próxima, se instalará una comisión investigadora para establecer responsabilidades políticas.

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María J. Errázuriz | Corresponsal en Santiago de Chile

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El ministro de Energía, Diego Pardow, afirmó durante la mañana de este miércoles que el megacorte que afectó desde las regiones de Arica y Parinacota a Los Lagos «no debió haber ocurrido» y «su extensión debió ser muchísimo menor», por lo que se revisará en profundidad qué fue lo que pasó. De hecho, recordó que en 2011 también hubo un corte en una línea de 500 Kv, pero que la reposición del servicio comenzó a la hora y no se prolongó más allá de 3 horas.

«En este caso, estamos hablando de un evento cuya recuperación tomó mucho más tiempo, recién empezó a la hora número cuatro y llevamos cerca de 18 horas y contando para la recuperación completa del suministro», dijo.

La empresa sindicada como la principal responsable, ISA InterChile y cuyo controlador es el Estado colombiano, emitió un comunicado señalando que registraron una desconexión de sus sistemas a las 15.16 horas del martes, pero estuvieron aptos para reponer el servicio de transmisión a los 44 minutos de ocurrido el evento que bloqueó la línea del Norte Chico.

Junto con ofrecer toda su colaboración para la investigación que inicia la Superintendencia de Electricidad y Combustible, adelantó que, en principio, sufrieron «la activación no deseada de sus esquemas de protección, lo cual provocó la desconexión automática de ambos circuitos».

A las 06.00 am, tras el fin del toque de queda que restringió la circulación en casi todo el territorio nacional, los chilenos comenzaron a dimensionar la gravedad de lo ocurrido el martes y que derivó en que el Gobierno dispusiera el patrullaje preventivo de las Fuerzas Armadas.

Pasado el mediodía, el presidente Boric levantó el decreto de Estado de Excepción de Catástrofe dispuesto para 14 regiones del territorio y se informó que restaba por reponer el servicio de electricidad a unos 3 mil clientes.

Sin embargo, los alcances del masivo corte dejaron en evidencia la fragilidad del sistema eléctrico en el país. No solo el Metro de Santiago se detuvo en su totalidad obligando a los santiaguinos a retornar caminando a sus casas por la saturación del transporte público, sino que hasta esta este miércoles algunas ciudades tenían problemas para suministrar el servicio de agua potable, como en el caso de la nortina Antofagasta.

Aunque los servicios de salud pudieron recurrir a sus sistemas de emergencia, la ministra del Interior, Carolina Tohá, informó del fallecimiento de tres personas electrodependientes y aclaró que se deberá establecer si la causa se vincula al apagón.

El Comité de Gestión de Riesgo de Desastres (Cogrid) que se instaló tras el inicio del corte de electricidad anunció una indagatoria destinada a «establecer las razones de esta emergencia que vivimos y las medidas que correspondan de sanción a los distintos agentes que operan en el sistema, que son múltiples, y también para recomendar medidas correctivas si fuera el caso».

En la misma línea, el ministro Pardow afirmó que por ley los clientes podrían acceder a diversas compensaciones. «En el caso de fallos en transmisión corresponde una compensación por todo el tiempo de duración del suministro que es del orden de 15 veces el precio de la energía no suministrada. Y eso lo instruirá la Superintendencia de Electricidad y Combustible (SEC) una vez que el informe de análisis de falla del coordinador eléctrico nacional se entregue en los próximos días«, indicó.

Diversas voces levantaron una alerta frente a la gravedad de lo ocurrido. El director del Diplomado de Gestión del Riesgo de Desastres de la Universidad Finis Terrae, Bernardo Castro, dijo al portal Emol, que «hoy día estamos en presencia de un evento que en materia de gestión de riesgos de desastres es de carácter disruptivo. O sea, que genera alteración en la vida normal de la comunidad y de las personas (...) esto demuestra una vez más el nivel de vulnerabilidad y de fragilidad que tenemos en relación con la reducción de riesgos de desastres en Chile«.