Altos cargos de Trump, contra el ultimátum laboral de Musk

Los dos primeros correos incluían una oferta de baja incentivada con siete meses de sueldo, titulada «Encrucijada», y un documento con detalles sobre los beneficios de la renuncia, que cerraba con una frase inquietante: «Eres más que bienvenido a quedarte en casa y relajarte o a viajar a tu destino soñado, lo que prefieras».

Kevin, quien pide a ABC usar un pseudónimo, como han hecho muchos otros funcionarios en estos días para revelar su drama personal, es un veterano de guerra. Sirvió en el Marine Corps en Irak como agregado de comunicaciones –no en combate– y ha estado destinado a Europa, Oriente Próximo y Asia Menor. Causó baja honorable en octubre de 2023 y fue contratado de inmediato por sus habilidades en árabe y algo de farsi, lo que le convierte en un activo clave para detectar comunicaciones de posibles adversarios de Estados Unidos.

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«Ahora todo está en el aire», dice, porque además se encuentra en periodo probatorio, es decir, en los dos años previos a que su contratación por parte del Gobierno federal sea definitiva. Tras su regreso a la Casa Blanca, Donald Trump ha congelado las nuevas contrataciones, y su encargado de eficiencia gubernamental, Elon Musk, ha iniciado una purga que incluye el despido de todos los empleados en periodo de pruebas, sumándose al cierre de agencias enteras como USAID, encargada de la cooperación internacional.

Según una estimación de Reuters, los despidos ya suman 20.000 de un total de 2,3 millones de funcionarios. Pero la ola de recortes no ha terminado, y el Pentágono no es una excepción. Hasta el momento, 5.400 empleados en periodo de prueba han sido despedidos, y con la orden de Trump de reducir el presupuesto de Defensa en un 8%, es casi seguro que vendrán más recortes.

En el caso de Kevin, sus superiores le han pedido paciencia, asegurándole que su desempeño es excelente y que sus habilidades lingüísticas son necesarias. «Aun así, la moral está por los suelos. Muchos compañeros ya están en casa, sin poder venir a la oficina», explica. Entre ellos hay numerosos exmilitares, varios de los cuales, admite Kevin, votaron por Trump sin imaginar que su Administración impulsaría despidos masivos.

El descontento con los recortes de Musk es palpable. De hecho, tras el correo en el que se pedían los cinco logros semanales, numerosas agencias, incluido el Departamento de Defensa, han instado a sus empleados a ignorar el mensaje, que daba de plazo hasta este lunes. El Departamento de Salud ha ido aún más lejos, alertando que este tipo de comunicaciones «podrían acabar en manos de adversarios».

Musk ha defendido su estrategia en redes sociales, calificándola de «básica», e incluso utilizó Grok, la inteligencia artificial de su plataforma X, para generar una lista de logros y enviársela al presidente Trump: recortes, despidos, eficiencia. «Es algo básico, no entiendo la resistencia», escribió Musk en X. Trump le respaldó el lunes desde el Despacho Oval, afirmando que ignorar la solicitud debería ser motivo de despido.

Sin embargo, dentro de su propio gabinete, la resistencia a Musk crece. Un número creciente de altos funcionarios ya ha boicoteado sus iniciativas, mientras que las encuestas empiezan a reflejar el rechazo popular a sus medidas. Lo que comenzó como una promesa de eficiencia se está convirtiendo en un factor de incertidumbre que amenaza con generar una crisis en la Administración Trump.

Por su parte, Musk amplió la fecha varios días, sin admitir una derrota. Los que no respondan en ese segundo plazo, dijo «serán despedidos». Este miércoles, el magnate tecnológico asistirá a la primera reunión del ministros del segundo mandato de Trump.