Alemania impide zarpar al petrolero Eventin hasta aclarar si pertenece a la 'flota fantasma' de Putin

El Comando Central de Emergencias Marítimas ha informado que ya ha terminado la operación y ha devuelto el expediente a la Oficina de Vías Navegables y Transporte Marítimo del mar Báltico, pues considera la situación estabilizada. Una vez solucionado el problema, el capitán del Eventin ha pedido permiso para zarpar, con el motor principal funcionando de nuevo. Pero al barco, de 274 metros de eslora y bandera de Panamá, no se le permitirá seguir navegando por el momento. Según informaron la Dirección General de Aduanas de Hamburgo y el Ministerio Federal de Transporte, las investigaciones técnicas y aduaneras todavía siguen en curso y deberá esperar a que concluyan.

El servicio de aduanas está investigando si las aproximadamente 100.000 toneladas de petróleo que se encuentran a bordo del Eventin son de origen ruso y si, con su transporte, está violando el embargo de la Unión Europea. Al mismo tiempo, se están efectuando controles técnicos para garantizar la navegabilidad del barco, que tiene casi 20 años de antigüedad y en el que todos los sistemas fallaron la noche del viernes de la semana pasada.

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Según ha informado el Ministerio alemán de Transporte, la sociedad de clasificación Det Norske Veritas (DNV) ha realizado una primera inspección especializada a bordo del Eventin y las autoridades alemanas están esperando su informe. «Hasta que se evalúen los documentos que deben confirmar el estado del Eventin, el Departamento de Seguridad Marítima ha decretado una prohibición temporal de seguir viajando», ha comunicado el ministerio.

Se sospecha que se trata de uno de los barcos de la denominada 'flota rusa fantasma', que burla las sanciones europeas transportando petróleo ruso bajo bandera falsa y en navíos antiguos, que a menudo carecen de los seguros necesarios. En diciembre, la UE incluyó en su lista de sanciones alrededor de 50 barcos de esta flota en la sombra. El capitán del Eventin insiste en que el barco puede volver a navegar por sus propios medios pero, si la investigación aduanera revela que hay petróleo ruso a bordo, la Oficina Federal de Asuntos Económicos y Control de Exportaciones decidirá lo que ocurra a continuación, según la aduana.

Aunque no hay declaraciones oficiales al respecto, es evidente que la OTAN y la UE han puesto en su punto de mira a esta 'flora fantasma rusa' y que los gobiernos del Báltico y sus socios están dispuestos a ponerle las cosas difíciles a estos petroleros. Según el Parlamento Europeo, aunque los combustibles mezclados en terceros países se etiquetan como «no rusos», generaron unos 3.000 millones de euros en ingresos para el régimen de Putin en 2023, tan solo a través de tres puertos. La misma fuente calcula que el régimen ruso ha desembolsado aproximadamente 9.000 millones de euros en la creación de la 'flota en la sombra' para «financiar su agresión contra Ucrania», ya que casi el 70% del petróleo del Kremlin se transporta mediante buques de falsa bandera que eluden las restricciones internacionales. Entre febrero de 2022, cuando comenzó la invasión de Ucrania, y junio de 2024, Rusia obtuvo unos ingresos de unos 475.000 millones de euros por sus exportaciones de crudo. En el 2023, la venta de petróleo y gas, para cuyo transporte se apunta a la 'flota en la sombra', supusieron alrededor de un tercio de los ingresos totales de Rusia.

La Unión Europea estima, además, que la 'flota fantasma' rusa está compuesta por unos 600 buques cisterna en total. Según la Escuela de Economía de Kiev, las empresas que operan los buques están registradas predominantemente en Rusia, Emiratos Árabes Unidos, China, Azerbaiyán, India, Seychelles, Turquía, Islas Marshall, Kirguistán, Islas Mauricio y Vietnam. El Departamento de Estado norteamericano ya señaló en 2022 a varias empresas vinculadas con el sector marítimo ruso por «apoyar las ambiciones estratégicas y reabastecer a las tropas» del régimen. Entre la lista de empresas aparecía Oboronlogistika OOO, que trabaja con el Ministerio de Defensa ruso y se encarga también de transportar, almacenar y producir material militar, siendo el proveedor único para este propósito en Crimea desde que comenzó su ocupación en 2014.