La victoria del conservador Macri desafía el poder de Kirchner

Entre los que comparten percepción con el actual jefe de gobierno de la capital argentina, que está a un paso de su reelección, se encuentra el amplio arco de opositores al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. De un modo u otro, todos —de izquierda y derecha— se suben al carro de la fiesta del vencedor. Confían en que esta derrota de la Casa Rosada se transforme, pese a lo que dicen las encuestas, en preludio de lo que sucederá en las elecciones presidenciales de octubre.

Ricardo Alfonsín no vota en Buenos Aires, pero anunció que, si lo hiciera, en segunda vuelta se inclinaría por Mauricio Macri. El candidato presidencial de la Unión Cívica Radical (UCR) e hijo del difunto ex presidente Ricardo Alfonsín, no es el único en pensar de esta forma.

Eduardo Duhalde, peronista tradicional y ex presidente que sirvió en bandeja la Casa Rosada a Néstor Kirchner, debe arrepentirse todos los días de aquella decisión. Hoy, su objetivo es recuperar la Presidencia y poner a Cristina Fernández de regreso a su feudo patagónico de Santa Cruz. «Se corre el velo de la mentira, proclamó. «No son invencibles. Perdieron en la capital y —pronosticó— van a perder en Córdoba y Santa Fe», siguientes provincias en celebrar elecciones.

En la misma línea que Duhalde, Elisa Carrió, candidata a su vez de la Coalición Cívica, consideró derrotada «la teoría de la invencibilidad» del Gobierno nacional y felicitó efusivamente a Mauricio Macri. En este escenario de «todos junto a Macri», el conservador no se arrima a nadie. De momento, le basta con no despegarse de su propia sombra.