Tentáculos de los chalecos amarillos en el escándalo sexual de Griveaux

Comenzando a instruir el escándalo Griveaux, la policía comenzó por detener a Piotr Pavlenski (36 años), activista «artístico cultural» que fue el primero en confesar ser el autor de la divulgación de imágenes y vídeos protagonizados personalmente por el portavoz oficial de Macron.

Detenido e interrogado Pavlenski, la policía detuvo y comenzó a interrogar a su última compañera, Alexandra de Taddeo (29 años), estudiante de Derecho, que pudo participar en la difusión de los vídeos pornográficos protagonizados por el ex portavoz personal del presidente de la República.

Detenida e interrogada Alexandra de Taddeo se descubrió que otra compañera de Pavlenski, Oksana Chaliguina (32 años), también pudo jugar algún tipo de papel en la difusión del material porno de Griveaux.

Detenido Pavlenski, apareció en escena un cuarto actor, Juan Branco (30 años), que se presenta como abogado defensor del activista ruso, con el que comparte una visión «justiciera» del activismo artístico / político. Branco era conocido, hasta ahora, como defensor de varios activistas de las franjas radicales de los chalecos amarillos.

¿Qué relación existía entre Benjamin Griveaux, Pavlenski, Taddeo, Chaliguina y Branco..?

En el estado actual de la investigación policial, parece probado que Griveaux «intercambió» vídeos e imágenes sexuales, íntimas, con una o con las dos compañeras de Pavlenski. Esas relaciones, entre el porno íntimo y el porno compartido comenzaron el 2018 , cuando el portavoz oficial del presidente de la República trabajaba en un espacioso despacho personal, en el palacio del Elíseo.

No está claro cuánto tiempo duraron esas relaciones porno íntimas entre un miembro de la guardia pretoriana del presidente de la República y dos señoritas aparentemente «seducidas» y «encantadas» por el «interés» que un personaje público sentía por ellas.

Los portavoces oficiosos de Griveaux sugieren que el ex portavoz oficial de Macron creía «intercambiar» mensajes, imágenes y vídeos a través de una mensajería que «destruía» los mensajes «después» de vistos.

La difusión de un número considerable de ese material porno íntimo parece sugerir que no pocos mensajes, imágenes y vídeos fueron guardados en un disco duro portátil o en un ordenador. Desde ese archivo, utilizó ese material Piotr Pavlenski, cuyo abogado avanza un proyecto «revolucionario» para defender a su cliente: «El activismo artístico tiene por misión dejar al descubierto la corrupción y la hipocresía de las elites».