Las revelaciones sobre el asalto al Capitolio no hacen mella en los votantes de Trump

El final convulso de la presidencia de Trump -con su intento de dar la vuelta a los resultados electorales de 2020, sus alegaciones de ‘robo’ sin pruebas y el asalto trágico y bochornoso al Capitolio del 6 de enero del año pasado por una turba de sus seguidores- marca todavía a los republicanos y es el factor clave para que el multimillonario neoyorquino -la figura más popular del partido- conceda o no su disputado apoyo a uno u otro candidato. Hasta ahora, la mayoría de los candidatos que apoya Trump se han impuesto en sus primarias, aunque el expresidente también se ha llevado algún revolcón decisivo, como en las de Georgia, uno de los estados decisivos en su derrota.

Las primarias de la noche del martes -en estados de peso relativo: Carolina del Sur, Dakota del Norte, Maine y Nevada- hubieran pasado en la práctica desapercibidas en cualquier ciclo electoral. Pero los votantes republicanos fueron a las urnas en una cita emparedada entre las comparecencias explosivas del comité de la Cámara de Representantes que investiga el asalto al Capitolio y lo que sus miembros definen como «intento de golpe de estado» y del que responsabilizan a Trump.

El jueves pasado, en horario de máxima audiencia y con los canales de noticias en directo, y este lunes, los estadounidenses pudieron escuchar revelaciones explosivas sobre las mentiras acerca del fraude del que Trump ha hecho su bandera política y el papel del expresidente en un intento de subvertir el orden constitucional y el traspaso pacífico del poder.

Los votantes depositaban su voto dos días antes de la siguiente comparecencia, prevista para hoy, que estará centrada en las presiones al que fuera vicepresidente de Trump, Mike Pence, representante del conservadurismo tradicional , para que evitara la certificación de Trump como presidente. «Se lo merece», fue la reacción de Trump cuando los manifestantes gritaban «¡Pence, a la horca!» fuera del Capitolio, según la diputada Liz Cheney, que junto a Adam Kinzinger son los únicos republicanos en el comité.

En Carolina del Sur, el diputado Tom Rice fue derrotado con contundencia por el candidato arropado por Trump , Russell Fry. Rice fue uno de los diez republicanos que se atrevieron a votar a favor del ‘impeachment’ contra el entonces presidente por su papel en el asalto al Capitolio . Frente a la mayoría de republicanos, que en las primeras horas de aquella jornada vergonzosa condenaron a Trump, Rice no ha dado marcha atrás. En una entrevista reciente con ‘The Washington Post’, calificó a Trump de «aspirante a tirano».

El expresidente se ha propuesto cobrar venganza contra esos diez republicanos díscolos del ‘trumpismo’ que domina al partido y lo está consiguiendo : cuatro de ellos -como el caso de Kinzinger- han optado por no buscar la reelección; de los seis restantes, Rice ya ha perdido, David Valadao (de California) está todavía pendiente del recuento de las primarias de la semana pasada, y otros como la propia Cheney tienen su victoria muy cuesta arriba.

En Nevada, otro de esos estados clave en las elecciones, los candidatos de Trump arrasaron en primarias, entre otros, para los puestos de senador y de gobernador. También para el de secretario de Estado, en el que venció Jim Marchant, un candidato que defendió el ‘robo’ electoral y que Trump había ganado en Nevada (no lo hizo). También buscó dar la vuelta al resultado de las urnas con su participación en el intento de enviar ‘electores alternativos’ -los delegados de cada estado que eligen al presidente- a Washington. Si gana en otoño y se convierte en secretario de Estado, supervisará las elecciones en su estado en 2024.