En el manifestódromo antijaponés de Pekín
Bajo una fuerte presencia policial, miles de personas protestan contra la Embajada nipona por la compra de las disputadas islas Diaoyu en el 81 aniversario de la invasión de China
pablo m. díez
En un país tan caótico y masivo como China , hay que irse a una manifestación para encontrar algo de orden y concierto. Claro que, todo hay que decirlo, ello se debe a que l as únicas protestas permitidas por la Policía son a ... favor de su autoritario régimen o, como ocurre en este caso, en contra del odiado vecino japonés.
Hace hoy justo 81 años , el Ejército imperial nipón comenzaba la invasión de Manchuria (noreste de China) tras un atentado contra una línea de ferrocarril explotada por una compañía japonesa. Aunque el « Incidente de Mukden » había sido preparado por los propios soldados nipones, el imperio del Sol Naciente aprovechó la excusa para empezar una sangrienta ocupación que se prolongó hasta el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945. Además de la humillación sufrida, esos catorce años dejaron atroces capítulos como la masacre de Nanjing, en la que murieron más de 300.000 personas, la prostitución de 200.000 «mujeres del consuelo» como esclavas sexuales del Ejército nipón o los experimentos biológicos con cobayas humanas que, al más puro estilo nazi, llevó a cabo la Unidad 731 en Harbin.
Con tan doloroso recuerdo todavía vivo gracias a la propaganda del régimen y la televisión, que emite constantemente películas y series de guerra, la efeméride llega este año acompañada por la última crisis chino-japonesa a cuenta de las disputadas islas Senkaku (Diaoyu en mandarín). Después de que Tokio comprara a sus dueños privados parte de dichos islotes deshabitados , pero al parecer ricos en bancos de pesca y petróleo, en los últimos días se han sucedido por toda China multitudinarias protestas antijaponesas .
Bajo un fuerte dispositivo policial, varios miles de manifestantes se han concentrado este martes frente a la Embajada japonesa en Pekín. Perfectamente organizados en grupos de un centenar de personas, y escoltados por agentes antidisturbios, han desfilado frente a la legación diplomática coreando proclamas contra Japón y reclamando la soberanía del archipiélago Diaoyu .
« ¡Guerra a Japón! », « ¡Las islas Diaoyu son de China! » o « ¡Que se joda vuestra madre, japoneses! », son algunas de las consignas gritadas por la multitud, que portaba pancartas con retratos de Mao Zedong y tiraba botellas, piedras, huevos y tomates al pasar por la puerta de la Embajada, protegida por barricadas de la Policía.
« Estoy aquí porque amo a mi país y creo que las islas Diaoyu deben pertenecer a China, pero no quiero que vayamos a la guerra », explicaba a ABC Sun Bei, una maestra de guardería de 26 años que agitaba una pequeña bandera nacional.
Para evitar incidentes violentos como los del fin de semana, que terminaron con el incendio de una fábrica de Panasonic en la ciudad de Qingdao y cuantiosos destrozos en establecimientos nipones, la Policía ha montado un auténtico manifestódromo en torno a la Embajada japonesa en Pekín . Con la calle cortada desde hace varios días, los manifestantes pueden marchar ante la legación entre vallas de seguridad y bajo la atenta mirada de miles de antidisturbios.
«No llevo a japoneses», rezaba un cartel en un «rickshaw» para turistas mientras los restaurantes de «sushi» y concesionarios de Toyota, Honda y Mazda cerraban sus puertas y cubrían sus letreros con banderas chinas . Ocho décadas después, las heridas entre China y Japón siguen abiertas .
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