Los 20 rostros que la barbarie de la guerra en Ucrania sacó del anonimato y qué fue de ellos

De algunos hemos llegado a conocer su destino. Sobre otros, aún no sabemos nada y puede que su historia no tenga un desenlace conocido.

Estos son solo algunos de ellos:

Vitaliy Skakun Volodymyrovych estaba en un puente preparado para explotar cuando las tropas rusas se acercaron a su posición. Cuando se dio cuenta de que no podría salir a tiempo antes de la explosión, tomó la decisión de quedarse y asegurarse de que el puente fuera destruido, aunque eso significaba dar su propia vida.

El puente que hizo estallar Vitaliy era uno de los múltiples puntos de entrada desde Crimea , que Rusia se anexionó en 2014. Según indicó el comunicado del Estado Mayor, el acto heroico del joven retrasó significativamente el avance del enemigo, lo que permitió que la unidad se redistribuyera y organizara la defensa.

Días después, las Fuerzas Armadas comunicaron que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, firmó un decreto para conceder el título ' Héroe de Ucrania ' al joven soldado «por su notable coraje personal y heroísmo, descubierto en la protección de la soberanía estatal y territorial».

Ocurrió el primer día de la invasión. Trece guardias fronterizos se mantuvieron firmes ante el ataque y se negaron a rendirse en un pequeño pedazo de tierra en el mar Negro, a 45 kilómetros de las costas de Rumanía y Ucrania. Antes de ser disparados, los rusos les ofrecieron rendirse, pero ellos lo rechazaron y fueron bombardeados.

Posteriormente, el 7 de marzo, se conoció que el buque que arremetió contra ellos, el Valisy Bykov, fue destruido . Además, se creía que los 13 resistentes habían muerto por el ataque sufrido, pero la armada de Ucrania reveló más tarde que el grupo sobrevivió y fue «capturado por los invasores rusos» .

Helena, 53 años, era profesora de la ciudad ucraniana de Chugúyev, en el óblast de Járkov. Su fotografía con la cara cubierta de sangre realizada por Wolfgang Schwang el 24 de febrero dio la vuelta al mundo. Fue el primer reflejo de la indefensión de los civiles . En un principio, fuentes rusas la acusaron de pertenecer a las Fuerzas Armadas de Ucrania y haber falseado el ataque sufrido. Ella lo negó y un programa de reconocimiento de imágenes le dio la razón. Ella fue el primer rostro del terror de la guerra.

Fue en las primeras horas de la invasión, cuando el vídeo de un tanque pasando por encima de un coche se viralizó. Desde cuentas verificadas en Twitter se indicó que era un vehículo militar ruso, pero fuentes oficiales rusas lo negaron y aseguraron que se trataba de un tanque ucraniano. El cruce de acusaciones perduró mientras surgió la información de que el hombre que conducía el coche milagrosamente había sobrevivido. Una noticia que iba acompañada de un vídeo del supuesto rescate, pero no llegó a haber una confirmación oficial de que dicho clip correspondiese realmente con el del automóvil atacado. Una historia de las muchas que quedan suspendidas en la incertidumbre de la desvastación.

Las Fuerzas Armadas de Ucrania publicaron varias imágenes de militares de Rusia hechos prisioneros, entre ellos un vídeo de un joven detenido al que se le permitió llamar a su familia por videoconferencia. «Fuimos enviados a la muerte», decía el mensaje que acompañaba al clip de la conversación del preso. También se indicaba que el joven había pedido a su familia que solicitara un intercambio con algún preso de Ucrania. No se sabe si se llegó a realizar, pero el gobierno ucraniano prometió devolver a sus familias a todos los capturados rusos cuyas madres fueran a Kiev para reclamarlos.

Ivan Kuliak acabó tercero en la Copa del Mundo de Doha y subió al podio con con la 'Z'de apoyo a las tropas rusas en el pecho. Este símbolo lo lucen los vehículos militares enviados para invadir Ucrania y se ha ido extendiendo por toda Rusia. Posteriormente, Kuliak se reafirmó en su postura y dijo que volvería a mostrar el símbolo a pesar de enfrentrarse a la sanción de la Federación de Gimnasia. «Si hubiera una segunda oportunidad y tuviera la opción de salir con la letra 'Z' en el pecho o no, haría lo mismo», dijo el ruso.

Mariano García Calatayud, jubilado español de 74 años, se marchó en 2014 a Ucrania . Allí ha servido como voluntario en tareas humanitarias después del estallido de la guerra en el Donbás y de la anexión de Crimea a Rusia. Cuando comenzó la invasión el 24 de febrero lo tuvo claro, no iba a volver a España, se quedaría a defender a su país de acogida. «Cuando me llaman les digo que el papá sabe cuidarse y que estén tranquilos, pero entiendo su preocupación», contaba sobre las peticiones de su familia para que regresase a España.

Días después, hemos sabido por sus familiares que Mariano ha sido apresado por el ejército ruso en la ciudad de Jersón, tomada ahora por las tropas de Vladimir Putin, donde reside con su mujer. En concreto, dejaron de tener contacto con él el viernes pasado . ABC tampoco ha obtenido respuesta en sus intentos de comunicarse con el activista en los últimos días. «Estamos dispuestos a negociar e incluso si quieren pedir un rescate , pagarlo», dicen desde España los amigos del jubilado, esperando su liberación.

Entre los cientos de manifestantes que tomaron las calles de algunas ciudades de Rusia para mostrar su desacuerdo contra la guerra en Ucrania, estaba Yelena Osipova , nacida en 1942, y superviviente del asedio nazi que ahora se revuelve contra el gobierno de Putin. Cuando fue detenida en San Petersburgo por manifestarse el día 2 de marzo fue acompañada de un sonoro aplauso de sus compañeros. El haber sido apresada no la detuvo y volvió a las calles días después para protestar y reclamar a los soldados que abandonasen las armas para ser «verdaderos héroes».

Este reciente arresto fue uno de los tantos que Yelena ha vivido en los últimos años, siempre por manifestarse en contra de las medidas políticas del Gobierno ruso que considera injustas.

Sucedió en la localidad polaca de Mendyka el siete de marzo. Un menor con una bolsa de plástico y una tableta de chocolate en la mano, lloraba a lágrima viva mientras caminaba arrastrando los pie s. Según se pudo saber, iba acompañado de su madre y se dirigían a la estación polaca de Przemysl, uno de los puntos clave en la llegada de refugiados. Allí se encontraron con más de un millón de ucranianos que han llegado a Polonia huyendo del terror. El futuro del pequeño se desconoce, pero como muchos de los desplazados tendrá que partir de cero tras haber dejado toda su vida en su país.

Otra de las imágenes más conmovedoras de la guerra la protagonizaron Alexandra y Esyea, dos hermanas de 12 y 6 años respectivamente, que se despedían de su madre en Odesa. La más pequeña de ambas era incapaz de contener las lágrimas al decir adiós a su familia desde el otro lado del cristal.

Ellas, como muchos otros niños, se vieron obligadas a separarse de sus familias para ir a un lugar seguro. Algunos de ellos se reunieron con familiares en otros países pasando por algún campo de refugiados. En el caso de Alexandra y Esyea no sabemos si han llegado a reencontrarse con su madre.

Hassan Pisecká fue noticia a principios de marzo después de viajar desde Zaporizhzhia hasta la capital eslovaca, Bratislava, con solo una bolsa de plástico, el pasaporte y el número de teléfono escrito en la mano . Su madre se tuvo que quedar en un Ucrania al cuidado de la abuela. El pequeño fue acogido como «un verdadero héroe». Primero logró reunirse allí con sus hermanos, que ya estaban en Eslovaquia, y días más tarde con su madre , Júlia, que también consiguió salir de la guerra. La familia ha tenido que dejar atrás su vida, pero están felices de haberse reunido sanos y salvos.

Amelia Anisovych, de 7 años, ofreció una interpretación conmovedora del gran éxito de la película 'Frozen', en un intento por levantar el ánimo de las personas que se refugiaban en un búnker. El vídeo de su actuación improvisada fue publicado en Facebook y rápidamente se hizo viral. Llegó incluso a Idina Menzel, la actriz que puso voz al personaje de Elsa en la versión inglesa del film, quien compartió el clip de la pequeña.

La niña logró escapar de Ucrania y está en Polonia con su hermano . Allí ha sido la protagonista de un evento benéfico organizado para recaudar fondos para su país.

Entre tanto horror llegó también una imagen de amor, una pareja se casó en las trincheras. Lesya Filimonova y Valeriy Filimonov, ambos miembros de las milicias ucranianas, decidieron casarse en primera línea . La pareja, que no se había visto desde el comienzo de la guerra a finales de febrero y llevaban juntos 22 años, se unió a la Fuerza de Defensa Territorial para defender Ucrania. «Aquí tenemos todo lo que amamos y tenemos que defenderlo», dijo Filimonova. Cuando se reencontraron el 5 de marzo celebraron una ceremonia ortodoxa tradicional, con su hija de 18 años como asistente por videoconferencia. La intención del matrimonio tras la celebración era seguir luchando por su país costase lo que costase.

La imagen de sus cadáveres en el asfalto junto a sus maletas dio la vuelta al mundo, otro símbolo más de la indefensión de los civiles. Alisa, 9 años, Miketa, 18, y Tatyana, 43, eran madre e hijos que huían para reunirse con los padrinos de los niños. Solo les sobrevivió su padre y marido, Sergei, que en las horas posteriores al asesinato concentró sus fuerzas en rescatar a su mascota, que sobrevivió, unas horas después del ataque. Juró seguir adelante solo en su país. Según sus publicaciones en Facebook, permanece en Kiev y cuidaba de sus suegros hasta que los llevó a una residencia en el oeste del país para que estuvieran más seguros.

Marina Ovsyannikova se coló en pantalla en  'Vremya', uno de los programas pro Kremlin que tiene mayor audiencia, para mostrar un cartel en el que se podía leer en ruso e inglés  'No a la guerra', 'Parad la guerra' y 'No te creas la propaganda, te están mintiendo'. Tras cortarse la emisión, la periodista fue inmediatamente detenida, y durante horas no se supo cuál era su paradero. En un vídeo que circuló a continuación, la periodista ahondaba más en su postura contra la invasión de Ucrania: «Es un crimen y Rusia es el agresor», afirmaba, al tiempo que responsabilizaba de todo lo que estaba ocurriendo al presidente ruso, Vladímir Putin. Tras ser puesta en libertad declaró: «Estuve dos días sin dormir. Me interrogaron durante más de 14 horas».

Una imagen impactante. En el alféizar de una ventana de una casa en ruinas, una niña de 9 años , con una piruleta en la boca y con una trenza con los colores de Ucrania. Una fotografía viral que fue compartida, entre otros, por Donald Tusk, expresidente del Consejo Europeo. El autor de la fotografía, Oleksii Kyrychenko, es un ingeniero de Kiev y la protagonista es su hija. La imagen fue tomada antes de que comenzara la invasión y el arma que aparece no estaba cargada, así lo contó  Oleksii, pero eso no impidió que la imagen se viralizase. Kyrychenko indicó que su fotografía permitió que el mundo viera «el verdadero rostro de la invasión rusa». Él se alistó a la milicia para defender a su país y está pendiente de ser llamado al frente, mientras que su familia huyó y está en un lugar seguro ahora.

Alisa tiene 35 años y es una de las miles de personas que han huido de la Ucrania devastada por la invasión rusa. La mujer vivía en Kiev con su familia y, de la noche a la mañana, tuvo que partir para llegar a Polonia. En la última parte del recorrido, Pulya, la perra de la familia no pudo más , y la mujer la llevó a cuestas. Simplemente no podía abandonarla como tanto que había dejado atrás. Ella y sus hijos llegaron a un campo de refugiados y ahora esperan una nueva vida en Polonia o Alemania. En Ucrania se quedaron su marido y cuñado que deben defender a su país.

La pequeña huía junto a sus padres y hermana de los combates en Hostómel (Kiev), cuando el coche familiar fue alcanzado por las balas del ejército de Putin. El padre falleció en el acto, ellas lograron huir, pero las balas les alcanzaron. A Sasha la hirieron en el brazo , que finalmente le tuvieron que amputar para evitar que terminase muriendo. «No sé por qué los rusos me dispararon. Espero que haya sido un accidente y que no tuvieran la intención de hacerme daño», contó la menor a 'Daily Mail'.

Ahora la niña, que celebró su noveno cumpleaños el día del inicio de la invasión, ha pedido un nuevo brazo artificial rosa cubierto de flores.

Una fotografía que se nos ha quedado grabada. Ella, en un avanzado estado de gestación, ensangrentada y herida, bajando por las escaleras del devastado centro médico con sus pertenencias en un par de bolsas. Se llama Marianna Podgurskaya y podría ser una víctima anónima de los bombardeos rusos como cualquier otra, pero es una conocida modelo e 'influencer' con miles de seguidores en Instagram. A pesar de la devastación que vivió, solo unos días después llegó al mundo Veronika, su hija, un bebé que trae un poco de esperanza a la vida truncada de sus padres.

Su imagen tendida en una camilla poco después del ataque se convirtió en el símbolo del horror de los ataques a civiles. Pero lo peor vino solo horas después, ni ella ni su bebé lograron sobrevivir. Había sufrido daños graves, como la ruptura de una cadera y de la pelvis, o el desgarramiento de su abdomen. Los médicos lograron que el niño naciese por cesárea, pero no consiguieron mantenerlo con vida. Tras media hora de intentos de reanimarla, también ella perdió la vida.