María Corina Machado: «Para dialogar con Maduro debe cesar la represión en Venezuela»

ludmila vinogradoff

29/03/2014
Actualizado 30/03/2014 a las 17:05h.

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La diputada opositora María Corina Machado (Caracas, 1967) se ha convertido en la figura de la oposición que con más vehemencia difunde la voz de la protesta ciudadana que se ha extendido por Venezuela. Ha tomado en la calle el relevo del líder opositor encarcelado, Leopoldo López. El chavismo la ha expulsado de la Asamblea Nacional. Pero ella subraya que tal decisión es una pura arbitrariedad, por lo que seguirá actuando como diputada «dentro y fuera de la Asamblea, y dentro y fuera de Venezuela», sin dejarse amilanar por lo que decida el presidente del Parlamento, Diosdado Cabello. Esta ingeniera intentó denunciar la situación que padece su país ante la Organización de Estados Americanos (OEA), usando el derecho de palabra que le cedió Panamá. Pero el chavismo y sus aliados se lo impidieron . Lo que hasta ahora no han podido ha sido acallar su voz en favor de un cambio pacífico y democrático para una Venezuela atrapada entre la creciente influencia de la dictadura cubana y la cada vez más honda crisis económica.

—¿Cuáles son sus siguientes pasos, después de que el pasado miércoles Diosdado Cabello la expulsara del Parlamento?

—Seguiré denunciando la dictadura de Nicolás Maduro y ejerciendo como diputada, apoyada por un movimiento cívico y social destinado a defender la democracia y la libertad.

—¿Cómo es posible mantener esa movilización, ante el acoso permanente del Gobierno contra la oposición y sus líderes?

—La ofensiva no es contra mí o los dirigentes opositores, sino contra los venezolanos, los sindicatos, los estudiantes, las amas de casa. Su ofensiva trata de desalentar a la oposición.

—¿Qué efecto ha tenido la represión del Gobierno en la población?

—Ha conseguido todo lo contrario a lo que buscaba, que era amedrentar y asustar. El venezolano está cada vez más dispuesta a luchar y afrontar los problemas.

—El pasado jueves en Maracaibo hubo denuncias de que los llamados «colectivos» y los «Tupamaros» (bandas chavistas) arremetieron contra residencias en Paimala, destrozaron todo lo que encontraron a su paso y quemaron los coches. ¿Qué información tiene al respecto?

—Es una prueba de lo que hemos denunciado. Esto nunca se ha visto en Venezuela, ni siquiera durante la dictadura militar de Pérez Jiménez. Jamás hemos visto que las bandas chavistas ataquen de forma general y masiva a edificios residenciales. Es algo inaudito que los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana estén actuando con las bandas de los «colectivos». Es algo criminal. El mundo tiene que reaccionar. Hay que llamar a las cosas por su nombre. Tenemos un régimen que persigue, tortura, detiene y captura: eso se llama dictadura .

—Pese a toda esta situación, Maduro permanece en la presidencia. Los analistas aseguran que no hay fuerza capaz para cambiar el Gobierno.

—Bueno, también decían el pasado enero que el pueblo venezolano estaba aterrorizado, que no iba a salir a la calle y que no había nada que hacer, y ahora vemos que está despertando, que está ahí en la calle.

—El Gobierno ya ha detenido a tres dirigentes de la oposición, entre ellos Leopoldo Lopez y dos alcaldes. Usted parece la quinta de la lista…

—Lo que estamos viendo es una violación masiva y generalizada de los derechos humanos contra la población y no selectiva contra los dirigentes de la oposición. Estamos hablando de una represión sistemática y masiva en la que han torturado a unos setenta manifestantes y han herido a más de seiscientas personas, además de más de 1.900 detenciones.

—¿El presidente les culpa de esa represión?

—Maduro debe asumir la responsabilidad de la represión porque ha sido él quien la ha ordenado.

—¿Cree que la protesta ha debilitado a Maduro o lo ha atornillado en la presidencia?

—Nunca en quince años de chavismo hemos visto un gobierno tan debilitado por las manifestaciones. En ocho semanas de movilización.

—¿Qué más hace falta para que cambie el Gobierno, cuando ustedes lo han intentado todo, hasta pedir la renuncia del presidente?

—Hay que retomar todo lo que hemos logrado. Venezuela despertó. Los sectores que estaban adormecidos han abierto los ojos. Ahora tenemos un pueblo en la calle. La gente r epudia la represión y las colas que tiene que hacer para comprar comida . El autoritarismo excesivo le ha quitado la careta democrática al gobierno.

—Esta semana visitaron Caracas los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). ¿Qué opina de su mediación en el conflicto?

—Unasur está en deuda con los venezolanos desde hace un año, cuando dijo que había que hacer una auditoría de las elecciones del 14 de abril, que denunciamos como fraudulentas. Unasur apoyó entonces a Maduro y no a Capriles, y nunca permitió la auditoría.

—¿Cuál es su papel en el diálogo promovido por el oficialismo?

—Los cancilleres de Unasur emitieron una declaración a favor de Maduro que los descalifica como imparciales y como instrumento de diálogo en el conflicto venezolano.

—¿Con qué actores debería ser el diálogo?

—Con los estudiantes y las organizaciones políticas que no aceptan que un diálogo signifique la desmovilización de la protesta en la calle. Un diálogo debe fijar la ruta de la transición y de las reformas profundas. Un diálogo de paz con el gobierno debe plantear el cese inmediato de la represión, la liberación de los presos políticos y debe ser sincero y no engañoso.

—Si Maduro no renuncia a su cargo ¿qué va a hacer la oposición?

—Pedir su renuncia al cargo. Esta es la salida. Esta es la fuerza pacífica en la calle. Los regímenes totalitarios han ido retrocediendo y el de Maduro es uno de ellos.

—¿Cree que a Maduro le importan las formalidades democráticas, a la vista de las denuncias de haber comprado voluntades?

—Todo lo que el gobierno ha ido invirtiendo para comprar votos y complicidades se le ha ido cayendo. El régimen ha cruzado la raya roja con la represión brutal. Que los demás gobiernos asuman las complicidades.

—¿Ahora es una simple diputada de calle?

—Soy diputada dentro y fuera de la Asamblea Nacional, y también fuera del país. No me pueden destituir porque antes debe haber un antejuicio de mérito que lo debe procesar el Tribunal Supremo de Justicia y no Cabello.

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