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ABC Cultural

La cruel arrogancia de Napoleón: la amenazante carta antes de aplastar a Prusia y humillar a Europa

El Gran Corso tenía una enorme confianza en sí mismo y, a pesar de sus orígenes relativamente humildes, nunca se amilanó o rebajó el tono a la hora de dirigirse a monarcas, emperadores o líderes varios

César Cervera

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Napoleón Bonaparte fue una fuerza incontrolable, el anticristo para el viejo régimen, «el alma del mundo a caballo», «el hombre del siglo» que rompió las reglas que desde hace siglos regían el continente. El Gran Corso tenía una enorme confianza en sí mismo ... y, a pesar de sus orígenes relativamente humildes, nunca se amilanó o rebajó el tono a la hora de dirigirse a monarcas, emperadores o líderes varios. Su irreverencia hacia los viejos reyes de Europa, sacudidos por aquel huracán corso, sintetizan buena parte de su pensamiento político. Christopher Clark recuerda en su libro « El Reino de Hierro: auge y caída de Prusia » (la Esfera de los Libros) un curioso cruce de correspondencia entre Napoleón y Federico Guillermo III, Rey de Prusia, que a base de amenazas sirvió de preludio para que las tropas francesas abrieran en canal al último guardián de las esencias alemanas.

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