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ABC Cultural

Las cinematográficas mentiras de los rocosos gladiadores: estrellas de Roma no tan fieras

Tras el periodo de la dinastía Julio-Claudio se prohibió en todas las partes del imperio, salvo en Roma, los combates a muerte. La cantidad de denarios que movía este negocio hacía que los patrocinadores tuvieran gran interés en que los gladiadores sobrevivieran a los combates

«Pollice Verso» (1872), del pintor francés Jean-Léon Gérôme Museum purchase
César Cervera

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Los gladiadores eran auténticas estrellas mediáticas, como hoy lo son los futbolistas o los tenistas, con la salvedad de que la impaciencia de los espectadores romanos no permitía que las competiciones se alargaran más de un día. Como si a un boxeador le obligaran a ... luchar varias veces en cuestión de pocas horas, la resistencia física era fundamental para poder aguantar ronda tras ronda combates interminables. No obstante, la gran mentira trasladada por películas como « Gladiator » o «Espartaco» es que la mayoría de gladiadores morían sobre la arena y que los espectadores acudían a ver sangre y vísceras. Lo último que querían los patrocinadores era ver muertos a los luchadores que los estaban haciendo de oro y proyectaban tantas cualidades que admiraba el pueblo romano. Nada había peor en estos espectáculos que un combate breve (mortal) o sin emoción.

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