David de Jorge: «O guisamos o la cultura de Occidente se va a tomar por culo»

Pese a la inflación imperante, el cocinero –lo suyo son los fogones y lo demostró con creces hace muchos años siendo ganador del concurso al mejor cocinero joven de España con Joan Roca o Andoni Luis Aduriz entre los contrincantes– no atraca el bolsillo de sus seguidores, si no que trata de llenarlo de ganas de cocinar. Acaba de reeditar el exitoso recetario que firmó con su socio Martín Berasategui en 2015: 'Más de 999 recetas sin bobadas'. Lo ha hecho añadiendo un 'Mucho' al inicio del título tras ampliar la edición con recetas nuevas.

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Sentado a la mesa de la nueva gastrobodega El Hilo de Ariadna que Martín Berasategui ha abierto en Rueda (Valladolid), y como embajador de los langostinos que la empresa Noray cría en un proyecto singular en plena meseta castellana de Medina del Campo, De Jorge pide a la gente que salga de los gimnasios, deje los móviles y se ponga a cocinar.

–¿Hay muchas bobadas en gastronomía?

–Hay bobadas en todos los lados. Bobadas en la radio, bobadas en el supermercado, en las librerías... Hemos hecho un libro para que la gente lo pringue, lo rompa y se lo pueda pasar a sus hijos. Son recetas sin bobadas porque no frustran. Si le pones un poquito de interés seguramente que salen mejor que a nosotros mismos. Y eso nos encanta a Martín y a mí.

–¿La cocina es una fuente de disgustos?

–¡Qué va! La cocina es una fuente de placer. Tenemos que enfrentarnos al acto cotidiano de comer con una actitud divertida y amena. Cocinar es la mejor inversión a corto y medio plazo que se puede hacer. Para uno mismo, para el entorno familiar y para la gente que tenemos cerca. Al final, somos lo que papeamos. Tengo la sensación de que cada vez se cocina menos, pero yo sigo en esta cruzada de intentar que la peña descubra la bondad de ir al mercado, comprar, cocinar y de volver por la noche a casa, en metro o autobús, como un puto pringado y saber que tienes una sopa buena o un pisto esperándote.

–«No tengo tiempo para cocinar», dice la gente

–Que hagan lo que quieran. Pero se están perdiendo algo cojonudo. Igual yo también me estoy perdiendo lo que ellos hacen y les impide cocinar. Pero insisto, cocinar es lo mejor que puedes hacer para tu entorno social e incluso comercial más cercano. O guisamos o la cultura de occidente se va a tomar por culo. Como no pongamos las legumbres a remojo, bajemos al mercado, compremos huesos de caña, pescado, tengamos un frutero como Dios manda en casa... se va todo a tomar por culo. Así de claro. Si los mercados se convierten en otras cosas, en gimnasios o en adosados, nos vamos a la mierda porque eso arrastra al sector primario.

–Pero luego, a la mayoría le gusta una buena croqueta o una buena tortilla.

–Claro, ¿cómo no les va a gustar una buena croqueta? ¿O escuchar una buena música? ¿O empaparte en un libro cojonudo?. Las cosas buenas de la vida le gustan a todo 'cristo'. Pero otra cosa es hacer el ejercicio de sacrificarse por uno mismo y por los demás, para darte ese momento de esfuerzo, de ir al mercado, cocinar y que luego te luzca la melena toda la semana. Yo soy amo de casa, además de dedicarme a cocinar profesionalmente, y tampoco le dedico mucho rato. Pero cuando me pongo me salen muchas cosas.

Mucho más de 999 recetas sin bobadas

• Autores: David de Jorge y Martín Berasategui
• Editorial: Debate

Es la única manera de vivir saludablemente, de no engordar... No podemos estar todo el día tirando de latas, de botes, de preparados, congelados. Que no pasa nada por hacerlo alguna vez si nos pilla el toro. Lo normal es que cocinemos y comamos como nos han ensañado nuestras madres, tías y abuelas. Estamos así de guapos por toda esa generación que ha cocinado en casa.

–¿Sin volverse loco, no?

–No tenemos que ser Martín Berasategui ni Paul Bocusse. De esos nace uno cada 340 años. Con ser como Mari Paz; Marilén, que es mi madre; o la tía Pepi, vale. No hay que tener un recetario muy extenso. Se trata de tener producto fresco, intentar cocinar un pescado y una carne una o dos veces a la semana y guisarte tres o cuatro historias. ¿A qué están esperando para cocinar? ¡Salid de los gimnasios, dejad los móviles y poneos a cocinar, panda de cabrones!