Valduero: un regalo para padres que aman el medio ambiente

Bodegas Valduero siempre ha pensado en la sostenibilidad como vehículo para alcanzar la excelencia. Evitar la sobreexplotación de una tierra excepcional para la producción del vino y amoldarse a su producción de uva de manera natural (menos de 4.500 kilos por hectárea) es su máxima. Una de sus primeras contribuciones al cuidado del medio ambiente fue la siembra de más de 500.000 plantas de uva autóctona Tempranillo , plantas que se fertilizan cada dos años con abono ovino.

Pero el respeto al medio ambiente está en cada una de sus acciones. Así, en los años en los que son sanos y no habido problemas, en lugar de optar por la quema de los sarmientos tras la poda, lo que hacen es picarlos en pequeños trozos y devolverlos a la tierra, consiguiendo que el suelo sea más esponjoso y sirve de abono. Evitan también de esta manera tener que labrar, eliminando el gasto de gasolina en arar la tierra.

Además, la altitud en la que se ubica la bodega, entre 800 y 900 metros sobre el nivel del mar, evita por lo general la aparición de hongos (mildiu oidio, etc) en sus plantas, así como de otras enfermedades, por lo que el uso de fitosanitarios es nulo.

Con la sostenibilidad por bandera construyeron también sus más de 6.000 metros cuadrados de bodega excavando en las montañas; buscando en todas sus bóvedas una temperatura y humedad constantes durante todo el año, sin tener que recurrir a ningún calefactor o humidificador, con el constante afán por el gasto «cero de energía».

Este mimo por el medio ambiente devuelve a Valduero lo mejor de la tierra y convierte a cada uno de sus vinos en verdaderas joyas. Caldos como «Valduero 6 Años», «Valduero de 2 Racimos», «Valduero 12 Años o Valduero Lantigua» están entre caldos más prestigiosos del mundo. Este último, además, representa el lujo de viajar a la mítica añada de 1989, casi imposible de encontrar en toda la Ribera del Duero.

La histórica bodega traslada, además, este cuidado al equipo de profesionales que se vuelcan día a día en ella. En este difícil año para el sector vitivinícola, como para otros tantos sectores como consecuencia de la pandemia de Covid, la bodega burgalesa decidió renunciar a ERTE y despidos con el convencimiento de son los equipos de personas los que hacen día a día realidad las empresas.

Siguiendo también esa apuesta por la sostenibilidad y conjugando su trabajo con el respaldo a la cultura, una de las iniciativas más singulares que promueve Valduero es la del reciclaje de barricas usadas. Cada año los alumnos de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid trabajan becados en la transformación de barricas usadas en obras de arte. De esta manera, Valduero sigue su filosofía de criar los vinos en maderas de orígenes diferentes y logra su sueño de elaborar solamente reservas.

Los trabajos elaborados por los alumnos se pueden ver en el museo de barricas «Valduero con el Arte» , que fue inaugurado por el pintor y escultor Antonio López.

Sin duda, una de las mayores recompensas a todo su esfuerzo en sostenibilidad es que la bodega burgalesa pisa fuerte en los concursos internacionales. Cuidar del medio ambiente les ha llevado a conseguir la excelencia en cada una de sus botellas.

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