«Además del Covid, la labor de la enfermera escolar comprende el cuidado de alumnos con diabetes, epilepsia, alergias alimentarias graves…»

El sindicato siempre ha argumentado la necesidad de la presencia de este perfil profesional en los centros escolares como figura fundamental formadora en prevención y educación para la salud pero ahora la presencia de un enfermero, explica esta profesional, «evitaría entre otras cosas que sea el profesorado o los propios padres los que tengan que estar pendientes de saber cómo se actúa entre los posibles casos de alumnos con posibles síntomas compatibles con el covid-19».

La responsable sindical recuerda, además, que la OMS ha declarado en un informe, en el apartado «Entorno escolar y capacidad para mantener las medidas de prevención y control de COVID-19», la necesidad de enfermeras en la escuela, para facilitar el acceso al cuidado de los niños, promover prácticas diarias de higiene y el correcto uso de mascarillas.

Así, a las funciones habituales de solucionar asistencias de carácter urgente, como accidentes; atención a menores con diabetes, epilepsia o alergias alimentarias graves, y la evitación y prevención de problemas de salud como la obesidad o el tabaquismo hay que añadir el de la detección, prevención y formación de menores y adolescentes en la transmisión del Covid.

En esa reivindicación que SATSE hace de la figura, solicitan también que haya criterios normativos que sean homogéneos en todo el territorio nacional. El modelo propuesto por este sindicato es el de una enfermera con adscripción a un equipo de Atención Primaria. Es decir, con una contratación dependiente del servicio de salud pero llevando a cabo su actividad en el ámbito educativo: «Que tengamos un modelo consensuado entre Sanidad y Educación, que establezca criterios de norma homogénea para todo el Estado: la enfermera que sea nombrada por el centro de salud y adscrita al Ministerio de Sanidad pero con labor de facto en un colegio o instituto», insiste.