«Puedo dar a los políticos más de mil razones para convencerles del valor de la familia»

En España se ha optado más por ayudar a las familias a través de distintas deducciones en el IRPF (por maternidad, familias numerosas, familias con hijos con discapacidad, etc) así como a través de la cobertura directa de servicios «gratuitos» –sanidad, colegios públicos, etc- que a través de la ayuda económica directa. Y por ello es cierto que España está a la cola de los países europeos cuando analizamos el gasto público directo en familia y especialmente la prestación económica directa por hijo a cargo, que es ridícula y debe considerarse más una medida de lucha contra la pobreza que de apoyo a la familia.

Pero creo que no se trata tanto de reclamar igualar «la cuantía de gasto en familia» existente en España al de la media de la UE, como analizar bien, en nuestra realidad social, económica y política, las necesidades que tienen las familias españolas e implementar las medidas necesarias para su cobertura. Una cosa es observar que se está haciendo en otros entornos y otra bien distinta es trasladar de manera mimética, esas mismas medidas a España porque quizá los efectos que obtengamos de su puesta en marcha sean muy diferentes. Por ello el primer paso a dar es conocer que modelo de sociedad queremos y que papel cumple en él la familia y después «copiar» sólo las medidas que nos ayuden a avanzar en su construcción.

A su juicio, ¿qué sería lo más urgente en este momento para mejorar la natalidad en España?

Las medidas más urgentes, en mi opinión, tienen que ver con dos ámbitos diferentes y claves para que las familias puedan cumplir sus funciones y mejoren su bienestar y calidad de vida: mercado de trabajo y educación. En relación al mercado de trabajo resulta imprescindible poner en marcha actuaciones que faciliten la búsqueda de empleo a aquellas personas, cabeza de familia, que tengan hijos a cargo, ya que de esta manera estaremos evitando la pobreza de esos menores y ayudaremos a mejorar su calidad de vida.

Esto exige, además, actuaciones que faciliten a las familias la conciliación familiar y laboral mediante un mayor equilibrio entre horarios laborales y escolares, racionalización del uso del tiempo, etc, que permitan que las familias pasen más tiempo juntas y que los menores puedan estar acompañados de alguno de sus progenitores. Y en relación a la educación, se trataría de mejorar los medios de que disponen los padres para ejercer su papel –insusitituible- como primeros educadores de sus hijos, lo que mejoraría considerablemente sus resultados académicos que no dependen sólo de la legislación educativa sino y sobre todo, del apoyo familiar que tengan los menores.

¿Qué mensaje le lanzaría a los políticos de cara a las próximas elecciones?

Los políticos suelen tener, fundamentalmente, dos motivos para poner en marcha actuaciones públicas y tomar decisiones. En primer lugar efectos electorales, es decir, que les permitan ganar votos, y en segundo lugar, por convicción personal. Pues bien yo les daría más de mil argumentos –económicos, sociales y políticos- para convencerles que una sociedad que quiere crecer de manera sostenida, que desea aumentar el consumo y la inversión en capital humano, que quiere mejorar su educación y reducir el fracaso escolar, que desea sea solidaria, que quiere ser justa, que piensa en los más débiles, que desea ayudar a los más desfavorecidos, que lucha contra la pobreza….. no podrá lograrlo si no cuenta con la familia como principal institución social y económica. Y además, si quieren ganar votos, no tienen nada más que ayudar a atender las necesidades que más importan a los ciudadanos, que son fundamentalmente las que se refieren y afectan a su familia, y de cuya cobertura nos beneficiamos todos como sociedad y como economía.